Padres de familia y personal docente de 27 escuelas de educación básica de la delegación Iztapalapa se vieron obligados a recurrir a la improvisación de aulas para recibir a los menores para el nuevo ciclo escolar.

Con una mezcolanza de mesas, bancos, pupitres, adecuaciones caseras en baños o cambios de horario empezarán sus clases miles de alumnos, ante el incumplimiento de autoridades educativas de dotar los recursos para mejorar los planteles.

El reto que lanzó el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, al secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, el 31 de marzo pasado en la primaria José María Lafragua, para ver quién termina primero de colocar el mobiliario en las escuelas de Iztapalapa, no fue cumplido por ninguno. Ambos olvidaron los compromisos, expusieron los padres de familia.

Antes de que terminara el pasado ciclo escolar maestros y progenitores de 27 escuelas de la franja límite de la delegación Iztapalapa se organizaron para demandar a la Secretaría de Educación Pública y al Gobierno del Distrito Federal mejorar los planteles educativos.

Los daños reportados por los padres de familia y maestros van desde afectaciones estructurales en inmuebles hasta la falta de control de plagas de animales nocivos, que han originado males físicos.

Las escuelas de Iztapalapa, de acuerdo con los reportes de los profesores, son las más numerosas. Los turnos matutinos registran una matrícula de 550 a 600 alumnos y los vespertinos generalmente son de 300 niños, pero las ubicadas en las zona de los cerros son de mayor población; alcanzan 600.

Ante ello, los profesores tuvieron que adecuar las mesas, bancas y pupitres, que en su mayoría se encuentran rotos y en mal estado. Algunas escuelas desecharon mobiliario, que fue rescatado por otras; entonces los niños al llegar verán mesas y bancos que no son acordes ni con su edad ni con su estatura, pero es lo que tenemos, señalaron.