Dicen manifestantes que no se arrodillan ante el neoliberalismo
Jueves 25 de agosto de 2011, p. 23
Brasilia, 24 de agosto. Unos 20 mil activistas de movimientos sociales, sindicatos y organizaciones del campo se manifestaron este miércoles en esta capital en reclamo de mejoras sociales y una política más izquierdista en el gobierno de Dilma Rousseff, quien asumió el Ejecutivo en enero pasado.
El acto, que fue convocado por la Coordinacional de Luchas (Conlutas) y por la Asamblea Nacional de Estudiantes Libres, reunió a militantes de 15 entidades de la sociedad civil, entre ellas el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, que esta semana cerró carreteras y ocupó haciendas y oficinas públicas.
Estamos llegando a las puertas del palacio de la presidencia para mostrar que existe gente en este país que no se arrodilla ante el neoliberalismo de este gobierno
, proclamaba uno de los manifestantes con un altavoz.
Vinimos aquí con una reivindicación básica: es necesario cambiar la política económica del país, que ahora privilegia a los grandes bancos, a las grandes empresas. Falta inversión en educación, en salud, y vivienda
, reclamó José María Almeida, coordinador de la central sindical Conlutas.
Al latifundio Dilma (Rousseff) enriqueció, y de los sin tierra se olvidó
, proclamaba otro.
Los principales reclamos de los movimientos sociales y sindicatos fueron la reducción de la jornada de trabajo, aumento de salarios, inversión para la educación y la salud, más viviendas, reforma agraria y una posición política contra las privatizaciones.
Los manifestantes –entre quienes había trabajadores de universidades, estudiantes, funcionarios públicos, petroleros y mineros– exigieron, entre otros puntos, que se destine 10 por ciento del producto interno bruto para asegurar la educación pública y gratuita de todos los brasileños y una reforma laboral que incluya una reducción de la jornada de trabajo sin rebaja salarial, así como la prohibición del uso de agrotóxicos.