El partido en CU estaba igualado 1-1 cuando Luis Fuentes recibió la tarjeta roja
Guillermo Vázquez dijo que tienen suficientes jugadores, pero sin la misma experiencia
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 6
Ya se había anticipado que a Pumas le sobra juventud y le falta experiencia. Que las lesiones y suspensiones habían diezmado el de por sí limitado plantel. Y que, con todo, tenía algo de inspiración, de pasión juvenil o de arrogancia como para buscar siempre la cara a cualquier rival. Hasta hace unas semanas todo esto había sido suficiente. No ayer, en Ciudad Universitaria y ante Cruz Azul, donde el ímpetu universitario no alcanzó para evitar una derrota, que se nutrió además de los arrebatos ingenuos de un equipo con varios jugadores que no hace mucho abandonaron la cantera. Ser joven no siempre alcanza. No en el futbol.
Entre un Cruz Azul –nuevo líder de la tabla– que hizo notorio el regreso de su referente Christian Giménez, por cuyos botines pasaban casi todas las jugadas celestes, y un Pumas que peleaba todo, entregado a buscar la pelota y salir siempre al frente, el panorama parecía equilibrado. Pero dos elementos fueron decisivos para permitir que uno hiciera los goles y el otro los lamentara.
La expulsión de Luis Fuentes por una barrida inexplicable contra Javier Aquino terminó por ceder a los rivales el espacio necesario para controlar el balón. Una cancha abierta, con sólo 10 jugadores, algunos demasiado jóvenes y tal vez nerviosos, se antojaba un escenario ideal para el lucimiento celeste.
Otro argumento, además, que favoreció a La Máquina fue la presencia firme de su portero Yosgart Gutiérrez. Dicen que algunos guardametas tienen mala suerte, esos a los que la pelota les bota caprichosamente y permiten goles ridículos, y otros a los que el balón les da en el poste. A esta última estirpe se afilió ayer el guardameta cementero, con un repertorio inagotable de lances e intercepciones, que al final del partido también fue beneficiario de un milagro que impidió que los universitarios igualaran el marcador. Yosgart agradeció a Dios esa suerte, aunque su verdadero salvador fue un poste de la portería.
Cuando estuvieron en igualdad numérica los avances eran intermitentes. Apenas La Máquina ponía la primera situación de peligro con el renovado Chaco Giménez y el recién estrenado Edixon Perea, e inmediatamente la respuesta universitaria ponía en aprietos a la zaga celeste.
Lo hacían con tal ímpetu e insolencia que en una salida caótica en la que se hicieron líos Yosgart y el defensa Néstor Araujo, David Izazola –un jugador de rostro casi infantil– se barrió para robarles la pelota, dejarlos plantados y con el arco sin resguardo mandarles un aviso. Al tiro le hizo falta dirección, pero dejaba en evidencia el voltaje con el que podía responder este equipo con tres recién llegados del Mundial Sub-20.
Los embates era recíprocos y con el mismo dinamismo en ambos lados de la cancha. Cuando un juego está así de trabado, los tiros de larga distancia o a balón parado resultan oportunos. Parecen injustos, pero cumplen con su destino de deshacer entuertos.
Al minuto 17, en un tiro de esquina el colombiano Perea remató y atrajo al Pikolín para el rechace, pero apareció Gerardo Flores, quien sólo tuvo que empujar la pelota para conseguir el primer tanto de La Máquina.
El conjunto universitario recibió una descarga que le sirvió para responder cinco minutos más tarde. Todos volcados al frente, la carga auriazul terminó por meter la pelota por arte o fuerza, daba igual. Un saque de banda se cruzó con la carrera del incansable Martín Bravo, quien encontró la pelota, que por pura ley física terminó dentro de la portería de Yosgart.
Ese gol devolvió el sueño de recuperar el paso que exhibieron al inicio del torneo, cuando los auriazules consiguieron tres victorias consecutivas. Un escenario tan distinto al que viven actualmente, ya que no ganan desde la fecha cuatro.
Néstor de Buen, quien ayer alineó por primera vez en el máximo circuito, intentaba sorprender con esa pierna que causó asombro en el Mundial Sub-20 de Colombia. Disparó de larga distancia en dos ocasiones, una peligrosamente cerca del arco, otra obligando a Yosgart a hacer un lance extraño que impidió que la pelota terminara en la red.
El duelo se mantuvo así hasta que Fuentes hizo precisamente aquello en lo que se insistió en toda la semana, tras la expulsión de David Cabrera la fecha pasada: no regalar tarjetas, y sobre todo no perder a un hombre cuando el plantel carece de jugadores experimentados.
Luego de su salida la presencia cementera empezó a sentirse con mayor fuerza en el área local. Aun así, los de Pumas peleaban casi a rastras cualquier pelota que les cayera cerca. Pero eso no fue suficiente, porque a 15 minutos del final Cata Domínguez hizo una gran jugada que desembocó en Adrián Cortés, quien tuvo tiempo de acomodarse con una pierna y definir con la otra, sin que Pikolín pudiera impedir el gol definitivo.
Con el reloj ya agotado, la última jugada de Pumas estuvo a punto de otorgar un épico empate, con un disparo fuerte de Orrantia que rebotó en un poste y dio en otro. Todos con las manos en la cabeza. Yosgart agradecía al cielo el milagro del poste.
Las cosas se nos están juntando
, reconoció Memo Vázquez al final del encuentro. El equipo sabe desde hace mucho tiempo que perder jugadores da gran ventaja al rival.
El técnico universitario reconoció la entrega de sus pupilos, pero algo les falta. Tenemos gente suficiente, pero sin la misma experiencia que otros.
Tras este duelo, Cruz Azul es líder, con 14 unidades, mientras los auriazules se están con 11.