Espectáculos
Ver día anteriorLunes 29 de agosto de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Pablo Milanés dedicó el concierto, que llamó histórico, a los cubanos que viven fuera de la isla

Pasé una noche inolvidable entre amigos; valió la pena visitar Miami

Afuera de la Arena American Airlines alrededor de 100 personas gritaban chivatos y cómplices a quienes ingresaban al recinto

No me importa si es de izquierda o de derecha, es un artista que me encanta, reviraban

 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de agosto de 2011, p. a15

Miami, 28 de agosto. El trovador cubano Pablo Milanés dedicó su concierto del sábado, ante unas dos mil personas, a los cubanos fuera de la isla, ante las protestas de alrededor de 100 adversarios que fuera del recinto lo llamaron artista mercenario, mientras gritaban chivatos y cómplices a quienes ingresaban a la Arena American Airlines.

Quiero dedicar este tema a los cubanos que viven fuera de la isla, dijo Milanés antes de empezar a entonar Éxodo, tema que el público, es su gran mayoría de cubanos, ovacionó de pie.

Entre el reportorio de unas 20 canciones que interpretó Milanés el sábado en la noche, en un concierto de dos horas, ese tema fue el único en que se hizo una mención algo más explícita a la división ideológica de la comunidad cubana.

Esta canción se las dedico a los cubanos que por alguna u otra razón no viven en su país, reiteró el cantautor y agregó: Siempre he dicho, en estos 12 años (desde que la compuso), que era un homenaje a ustedes, un puente de amor con ustedes.

Y apenas entonó la primera estrofa ¿Dónde están los amigos que tuve ayer?/¿Qué les pasó?/¿Qué sucedió?/¿Adónde fueron?/ Qué triste estoy, el auditorio se levantó de los asientos y a más de uno se le vio llorando.

Pablo, te amamos, Gracias Pablo, ¡Viva Cuba, nuestra Cuba, mi Pablo! fueron algunas de los gritos del público que asistió a este concierto, definido por el artista como histórico.

Vengo en busca de paz

He pasado una noche inolvidable entre amigos. Creo que valió la pena visitar Miami, insistió Milanés, quien continuará su gira por Estados Unidos en los próximos días. Ganador de dos premios Grammy, seguirá su recorrido junto a su orquesta de 20 músicos en el United Palace, de Nueva York, el 10 de septiembre. Un día después lo hará en el Orpheum Theater, en Boston. Pero en el de Miami, afirmó: Gracias por venir a disfrutar de una noche tan especial. Y los presentes, que poco a poco se fueron relajando hasta sacar su bandera, clamaron canciones de su isla y hasta le regalaron frases como ¡Viva Cuba, nuestra Cuba, mi Pablo!

Vengo en busca de paz y amor y a tender la mano a quien me tienda la mano, señaló Milanés antes de salir a escena en Miami.

Quiero que escuchen a un hombre que va a interpretar sus canciones, que son puro sentimiento, pura espiritualidad y que reflejan cosas cotidianas que hablamos y sentimos los cubanos.

Las casi dos horas de concierto transcurrieron en medio de una calidez y conexión con el público que contrastó con las protestas y llamados que hicieron desde julio varias agrupaciones cubanas para exigir la cancelación del concierto.

“Este cantantico lo que quiere son los dólares del imperio para que ahora nosotros, los exiliados, a los que nos llamaban gusanos, mantengamos su vida en Cuba”, dijo Ángel Pardo, un ex preso político de 69 años. Váyanse al carajo, están locos, dejen vivir en paz, respondió uno de los ofendidos que asistía al concierto. La mayoría del público que tuvo que pasar cerca de la protesta no respondió a las provocaciones.

Foto
El público se puso de pie y ovacionó al cantautor cuando interpretó ÉxodoFoto Ap

Pero desde una parte de la Arena America Airlines, desde donde se veía la manifestación, muchos sacaron sus cámaras para retratar la protesta. Esto es parte del espectáculo, yo al entrar sé que voy a disfrutar a Pablo, dijo Ligia González, cubana de 55 años, fanática de Milanés.

Creo que fue uno de los mejores conciertos en que he estado. Pablo sigue teniendo una voz impecable, no me importa para nada si es de izquierda o de derecha, es un artista que me encanta, dijo María Alfaro, puertorriqueña.

Alfaro, como muchos otros miembros del público, se dirigió tras el concierto a disfrutar de un trago en el local tropical de la Arena American Airlines, Bongos, propiedad de Emilio y Gloria Estefan, la pareja de artistas cubano estadunidenses, adversarios al régimen de la isla, que se mantuvo al margen de la polémica que despertó en Miami el concierto de Milanés.

Al ver esto, ahora tienen que traer a Silvio Rodríguez, propuso entre risas Carlos González, un cubanoestadunidense que salió fascinado del show.

Antes de la presentación, menos de un centenar de exiliados cubanos se ubicaron al frente del anfiteatro a protestar por la realización de un espectáculo para Fidel y Raúl Castro, una afrenta para las víctimas del régimen, dijo Ángel Pardo.

Acordonados por la policía se mantuvieron en el lugar designado para protestar, pero, contra todo pronóstico, no hubo un solo opositor que se infiltrara en la sala a gritar consignas contra el concierto que tantas pasiones desató en Miami desde julio pasado.

Esto ha sido increíble y me encanta lo que nos entregó Pablo y el clima intimista en que se dio, dijo Gloria, una cubana, que como muchos otros disfrutó del espectáculo sorprendida de que no saliera ninguno a gritar cosas en contra.

No simpatizo con sus ideas políticas, pero desde niño amo su lírica y su modo de interpretar, dijo el cubano Heriberto González, de 56 años, al concluir el show. Respeto el dolor y el sufrimiento de muchos de mis compatriotas, pero no quise perderme esta oportunidad.

Milanés, quien se define como revolucionario de izquierda, progresista, tolerante y capaz de escuchar todas las tendencias y respetarlas, tuvo frases críticas hacia el gobierno de La Habana en entrevistas ofrecidas tanto en Washington como en Miami.

Fui fidelista, pero ya no soy fidelista, dijo a un canal televisivo antes de su concierto del viernes en Washington, donde también afirmó: No tengo ningún problema en cantar a las Damas de Blanco, grupo de familiares de presos políticos en la isla.

Al final de la actuación, un espectador le entregó una bandera cubana que Milanés aceptó y se colocó sobre los hombros.