l avance del conocimiento a escala mundial crea una enorme distancia entre los países ricos y las naciones en desarrollo, que cada día es más difícil de superar. En México, el ensanchamiento de esta brecha es el resultado de los escasos recursos con los que se cuenta para la investigación científica y tecnológica. Pero no me voy a referir aquí al dinero –que si bien es indispensable para la marcha de los distintos proyectos en esta materia, no es la única causa de nuestro atraso–, sino al reducido número de investigadores en nuestro país. Una de nuestras mayores necesidades consiste en aumentar el número de expertos en los distintos campos del conocimiento. Dentro de un panorama que hoy deja muy poco espacio para el optimismo, hay una buena noticia: en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se ha creado un programa innovador para la formación de científicos en el área médica.
La formación en el posgrado es una tarea muy compleja. Formar maestros o doctores con altos estándares de calidad no admite las promesas que suelen hacer los políticos, quienes ofrecen multiplicar de la noche a la mañana el número de especialistas. Se trata de un proceso que en nuestro país tradicionalmente es muy largo. La formación de un doctor en ciencias, con capacidad de realizar investigación independiente y contribuir a la creación de nuevos conocimientos, lleva entre 12 y 15 años (lo que implica cursar una licenciatura, luego una maestría y después el doctorado). En el área de la medicina, en la que los estudios de licenciatura son más prolongados y el grado de exigencia es muy alto, el tiempo puede ser incluso mayor. Una de las estrategias que puede seguirse es acortar este tiempo. Pero, ¿cómo conciliar la reducción en el lapso para la formación de científicos en el área médica con elevada calidad de los egresados?
Después de un largo proceso que incluyó su análisis y aprobación por diferentes órganos académicos de la UNAM, el Consejo Universitario de esa institución aprobó el pasado 17 de junio el Plan de estudios combinados en medicina. Es un hecho de gran importancia, pues desde hace mucho tiempo, no se creaba en la Facultad de Medicina un nuevo programa, que en este caso está especialmente diseñado para la formación de investigadores. En este novedoso proyecto se encuentran entrelazados los estudios de licenciatura con los de doctorado, por lo que los estudiantes que opten por él, al finalizar sus estudios, obtendrían el doctorado en sólo dos años.
Esto es posible porque durante el desarrollo de la carrera en la que logran su formación de médicos –cumpliendo con todos los requisitos académicos para ejercer la profesión–, reciben simultáneamente, a partir del segundo año, un entrenamiento en la investigación científica en laboratorios y centros hospitalarios con la supervisión de investigadores médicos de muy alto nivel. En este programa participa no solamente la Facultad de Medicina, cuyo director es Enrique Graue Wiechers, sino también el Instituto de Investigaciones Biomédicas, que actualmente dirige Patricia Ostrosky Shejet, lo que indica que hay una suma de esfuerzos entre dos dependencias fuertes de la UNAM, y que se cuenta con un cuerpo académico muy sólido para guiar a los estudiantes.
Este proyecto, que es único en México en el área de las ciencias médicas, tiene como referentes, aunque no son idénticos, algunos programas como el MD/PhD (doctor en medicina/doctor en filosofía), que desde hace ya varios años se desarrolla en diversas universidades de los Estados Unidos. Para la Facultad de Medicina de la UNAM, a cuyos alumnos va dirigido, ésta es una gran noticia, pues una fracción de los estudiantes muestra interés muy temprano por la ciencia. Como profesor, he tenido el privilegio de constatar el entusiasmo de esos jóvenes por la investigación científica. Esto ha llevado a que desde hace cerca de 20 años se creara un programa denominado: Apoyo y fomento a la investigación estudiantil (Afines), que bien podría formar parte de los antecedentes de este nuevo programa.
Los requisitos de egreso, después de haber realizado el examen profesional de médico y de cumplir con varios cursos y estancias en diversos laboratorios al lado de investigadores ya formados, consiste en la elaboración de una tesis y la publicación de un artículo como primer autor en una revista internacional. Me parece que la elaboración de una tesis es algo muy importante cuando ésta es el único requisito de egreso. Desafortunadamente estos trabajos (las tesis) llenan varios anaqueles en las bibliotecas y son muy poco consultados. En la formación de investigadores, la publicación de sus trabajos en revistas arbitradas de corte internacional (o indizadas como ahora se les llama) debería bastar para la obtención del grado, lo que acortaría significativamente los tiempos para el egreso… aunque sé que éste es un tema de debate.
Programas innovadores como éste contribuyen a la formación de investigadores en México, algo que en nuestro país hace mucha falta, por lo que hay que desearle el mayor de los éxitos.