Washington, 2 de septiembre. La economía estadunidense no creó ningún nuevo empleo en agosto, poniendo fin a 10 meses consecutivos de contrataciones netas, informó el Departamento del Trabajo. El dato incrementa el temor a una nueva recesión y aumenta la presión para que el gobierno y la Reserva Federal (Fed) actúen rápidamente para reactivar la economía.

La tasa de desempleo se mantiene en un alto nivel de 9.1 por ciento. Las cifras son las peores desde septiembre de 2010, última vez que la economía de Estados Unidos eliminó más puestos de trabajo de los que había creado.

El Departamento de Trabajo constató que el crecimiento promedio del empleo en los últimos cuatro meses fue menor que durante los cuatro primeros meses del año.

La Casa Blanca señaló que el nivel de desempleo es inaceptablemente alto y destacó la necesidad de lanzar nuevas medidas para estimular el mercado laboral. Claramente se necesita un crecimiento más rápido para reemplazar los empleos perdidos en la crisis, dijo la economista Katharine Abraham en un comunicado publicado en el sitio web de la Casa Blanca, después el dato.

La economía no creó ningún empleo el mes pasado en términos netos, incumpliendo las ya bajas expectativas de Wall Street y sugiriendo que la cruenta batalla política sobre el presupuesto asustó a los empleadores.

Los desacuerdos entre demócratas y republicanos en torno al límite de la deuda dejaron al país al borde de una cesación de pagos a inicios de agosto y la calificadora más influyente, Standard & Poor’s, desbancó del máximo nivel crediticio AAA la calificación a la deuda de Estados Unidos, el 5 de agosto.

Tras decirle al mundo el mes pasado que el banco central necesitaba tiempo para evaluar sus opciones, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, está ahora bajo una creciente presión para presentar nuevas medidas de estímulo. Los representantes del banco central estadunidense se reúnen los días 20 y 21 de septiembre.

El presidente Barack Obama espera que este débil informe de empleo convenza al Congreso de la necesidad de respaldar un plan de empleos que presentará la semana próxima. Sin una mejora sustancial en ese frente, el mandatario se arriesga a no conseguir su reelección en las elecciones de 2012.

El brusco freno de las contrataciones parecía evidente, pero los analistas no esperaban que el departamento de Trabajo publicara cifras en cero e incluso calculaban un promedio de 70 mil nuevos puestos de trabajo. Algunos analistas señalaron que los indicadores podrían haber sido afectados por un conflicto laboral en la empresa de telecomunicaciones Verizon, que resultó en el despido de 45 mil huelguistas.

El presidente Obama planea presentarse ante el Congreso el 8 de septiembre para anunciar un nuevo plan destinado a estimular las contrataciones y reactivar la economía, que avanza penosamente desde principios de año.

Según fuentes gubernamentales, la Casa Blanca debería proponer reducciones de impuestos para la clase media, proyectos de inversión en infraestructura, ayuda para quienes están desempleados desde hace mucho tiempo y medidas de apoyo a sectores en dificultades.

Sin embargo, el proyecto presidencial no será fácilmente aprobado por el Congreso, en donde demócratas y republicanos parecen no ponerse de acuerdo sobre ningún tema.

La secretaria de Trabajo, Hilda Solis, recordó, en entrevista con la cadena CNBC, que Estados Unidos recuperó 2.4 millones de empleos de los cerca de 9 millones de puestos de trabajo perdidos durante la crisis, e instó a los congresistas a ponerse de acuerdo para actuar ahora.

Con excepción de febrero y marzo de 2011, la tasa de desempleo oficial siempre fue igual o superior a 9 por ciento desde mayo de 2009. Pero la realidad económica de los estadounidenses es aún más crítica.

Malos datos arrastran a bolsas

Las principales bolsas mundiales sufrieron este viernes fuertes pérdidas arrastradas por los malos datos del empleo en Estados Unidos, que reviven el temor de una recesión en la primera economía mundial.

Después de dos semanas de cierta calma, la Bolsa de Nueva York terminó con bajas de más de 2 por ciento, antes de un fin de semana largo, el Dow Jones perdió 2.20 por ciento, a 11 mil 240.26 puntos, el Nasdaq retrocedió 2.58 por ciento y el índice ampliado Standard and Poor’s 500 bajó 2.53 por ciento. La plaza neoyorquina no operará el lunes, por feriado del Día del Trabajo en Estados Unidos.

El hecho de que no haya habido creación de empleos el mes pasado asustó al mercado, constató Peter Cardillo, de Rockwell Global Capital.

Además, los valores financieros estuvieron particularmente bajo presión, ante informaciones de que las autoridades federales estadunidenses iniciarían acciones judiciales contra un grupo de bancos, por su papel en la concesión de créditos hipotecarios de riesgo subprime.

Las plazas europeas habían cerrado antes con fuertes pérdidas. La bolsa de París cedió 3.59 por ciento, la de Francfort 3.36, Londres 2.34, Milán 3.89 y Madrid 3.40 por ciento, arrastradas tanto por los malos datos del desempleo en Estados Unidos, como por la crisis en Grecia.

En América Latina, la Bolsa Mexicana de Valores bajó 1.41 por ciento y su principal indicador, el índice de precios y cotizaciones terminó con y cerró con 35 mil 134.43 puntos. La bolsa de Sao Paulo, la mayor de la región, cayó 2.73 por ciento y Santiago perdió 1.33.

Los datos publicados son muy decepcionantes y reavivan los temores de una recesión de la economía estadunidense y refuerzan la probabilidad de que la Reserva Federal tenga que adoptar estímulos monetarios, comentó Michael Hewson, analista de CMC Markets en Londres.

A esta nueva señal de abatimiento de la primera economía mundial se sumaron los temores sobre la aplicación del segundo plan de ayuda a Grecia, destinado a evitar la bancarrota del país, lo que podría ser una catástrofe para toda la zona euro.

El barril del West Texas Intermediate (WTI), perdió 2.48 dólares, a 86.45 dólares, en Londres el crudo Brent perdió 1.96 dólares, a 112.33 dólares el barril. En línea con el mercado, la mezcla mexicana de exportación cedió1.87 dólares al concluir la sesión en 101.70 dólares por barril.

En tanto el oro, considerado refugio seguro en tiempos de crisis, escaló 3.1 por ciento a su mayor nivel desde el récord que tocó la semana pasada, debido a que los inversionistas recurrieron a los activos de refugio tras el débil dato laboral en Estados Unidos. El metal al contado subió 57.25 dólares, a 1.881,69 dólares la onza.

En el mercado cambiario, el peso se depreció 0.87 por ciento frente al dólar, al cerrar en 12.53, frente a los 12.42 pesos del jueves, según Banamex.