omo glosa pública del quinto informe de gobierno del licenciado Felipe Calderón, varios secretarios de Estado ofrecieron conferencias a los medios para informar sobre sus actividades en el año. En materia de Educación Pública, el Secretario Alfonso Lujambio anunció, entre otros tópicos, que al cine mexicano le estaba yendo muy bien, ya que había pasado de una producción de 30 largometrajes al año en el sexenio foxista a unos 70 en el la actual administración. Destacó además el éxito de premios nacionales y extranjeros que se han obtenido por la calidad de algunas cintas mexicanas.
Por su parte, la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Consuelo Sáizar, anunció que el apoyo a la cultura en este sexenio ha sido extraordinario, ya que pasó de 6 mil 120 millones de pesos en 2006 a la cifra histórica de 11 mil 998 millones en 2011.
Desgraciadamente no menciono que en los pasados años se ha regresado una parte de ese dinero por los memorándos criminales que envía la Secretaría de Hacienda recortando el gasto autorizado por el poder Legislativo desde septiembre, y el año antepasado desde agosto, con las consecuencias nefastas para la expresión y el trabajo de los creadores nacionales.
Se destacó mucho lo bien que está nuestro cine y los resultados que se están obteniendo. A mi forma de ver y de pensar, el cine nacional es una de las áreas más exitosas dentro de las industrias culturales del sexenio, pero actualmente su estado dista mucho de ser sano y en crecimiento. Más bien el esquema empieza a mostrar graves signos de agotamiento.
Esto nos obliga a replantearnos si está bien como actualmente funciona o tenemos que reformar muchas cosas para que realmente tengamos un futuro promisorio a largo plazo. Tenemos que lograr que este resurgimiento de la producción se traduzca en buenas condiciones en la exhibición. Actualmente existen más de 70 películas que no logran mostrarse en las pantallas y de las pocas que logran hacerlo (56 en 2010) la mitad no se exhibió en provincia, ya que sólo se estrenaron en la ciudad de México y su área metropolitana, es decir, el estado de México.
Otro pequeño olvido fue el hecho de que justo en los años en los que ha estado la señora Sáizar al frente del CNCA, mismos que coinciden con que el PAN lidera la Comisión de Cultura, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) no ha tenido incremento real en el presupuesto autorizado por el poder Legislativo. Desde 2009 la cifra ha estado alrededor de los 357 millones de pesos, y en 2010 le dieron 3 millones menos, quedando en 354 millones. Cifra que además ya está devaluada en más de -11 por ciento sólo por la inflación oficial, misma que es mucho menor a la fílmica real.
Es verdad que de 2006 a la fecha se ha incrementado el presupuesto a la Cultura, pero no olvidemos que esto más bien ha sido por el apoyo decidido del poder Legislativo mediante la unión de todos los partidos y no mérito del grupo gobernante. Recuerdo que los dos titulares del CNCA se negaban a recibir los incrementos propuestos por los legisladores, ya que ellos obedecían el anteproyecto presidencial redactado por Hacienda. Si estos incrementos se dieron, fue gracias a la movilización de todos los artistas nacionales y a la responsabilidad de los legisladores con el arte y la cultura mexicana.
Esperemos que los incrementos expresados para 2012 por la señora Sáizar se logren y que éstos incluyan a todas las instituciones. Sobre todo las fílmicas, ya que en 2010 sólo existieron incrementos para la Cineteca Nacional, para los Estudios Churubusco y para el Centro de Capacitación Cinematográfica, pero, como mencionamos anteriormente, no existieron para el Imcine y los fondos de producción.
Urge actualizar los montos establecidos en el artículo del 226 de LSIR (Eficine) que no ha tenido incremento desde 2005, fecha de su creación. Urge incrementar los montos de los apoyos a Fidecine y Foprocine. Este último, a decir de algunos cineastas, sólo apoya a tres o cuatro largos de carácter experimental. Urge que se recupere el diálogo, la transparencia, la equidad y el respeto a la normatividad y no se persiga a los cineastas, como sucedió al creador de Nezahualcóyotl. Urge que la comunidad se reúna para analizar lo bueno, que hay mucho, pero también para corregir lo que se ha perdido en años anteriores. Sólo así realmente se podrán mejorar las cosas y el cine mexicano podrá seguir brindando excelentes resultados tal como hecho hasta ahora, y así lo puedan mencionar en los informes anuales.