Miguel Ángel Barraza Escamilla, ex policía preventivo de Nuevo León involucrado en el incendio del casino Royale de Monterrey, confesó ante la Procuraduría General de la República (PGR) que son zetas quienes perpetraron el ataque del 25 de agosto, y cobran cuotas de 50 mil a 200 mil pesos semanales a las casas de apuestas de la entidad.

Funcionarios de la PGR dijeron que el ex agente detenido el jueves permanecerá en investigación, y afirmaron tener pruebas que permitirán hallar a otros miembros del cártel implicados tanto en el atentado incendiario como en el delito de extorsión contra empresarios de NL.

El jueves, elementos de las secretarías de la Defensa Nacional y de Seguridad Pública, así como del Servicio de Administración Tributaria, clausuraron el casino Bellavista de San Nicolás de los Garza, que fue uno de los nueve revisados durante un operativo conjunto en ese municipio y los de San Pedro Garza García y Monterrey.

A su vez, el procurador de Justicia estatal, Adrián de la Garza Santos, no descartó que además de Barraza Escamilla otros policías preventivos estén involucrados en el ataque al casino Royale.

La Policía Federal detuvo a Barraza y lo puso a disposición del Ministerio Público por complicidad en el incendio y posesión de armas no asignadas para su labor. Cinco de los presuntos atacantes fueron capturados desde el lunes, y las autoridades aún buscan a varios de sus cómplices.

El secretario de Trabajo estatal, Pedro Pablo Treviño Villarreal, dijo que la administración del gobernador Rodrigo Medina organizó una jornada de acercamiento laboral específico para las personas que perdieron el empleo tras el cierre del casino.

Según el funcionario, 12 empresas locales pusieron 500 puestos de trabajo a disposición de los 140 ex empleados del Royale y otros casinos cerrados.