n la esquina de la avenida Morelos y la calle de Humboldt se encuentra uno de los edificios más representativos del estilo art decó en la ciudad de México. Se construyó entre 1923 y 1933 para ser la sede de la YWCA por los arquitectos e ingenieros Gore, Cueva y Adams. Los tableros de cantera notablemente esculpidos, con diseños en un estilo que algunos especialistas han llamado neoprehispanismo
, son obra del escultor y arquitecto JL Cordero. Éstos son el plato fuerte del edificio que recientemente ha sido recuperado, recobrando su antiguo esplendor geométrico, que nos habla de una época de México.
La YWCA es la GUAY
para mujeres. Fue fundada en Londres en 1855 en medio de la Revolución Industrial por Lady Kinnaird, preocupada por la seguridad de las jóvenes que llegaban a Londres en busca de trabajo, lo que devino en una casa-hogar para mujeres.
En 1923 se funda en México y ocupa diversos lugares en el ahora llamado Centro Histórico, hasta 1933, en que estrenó el edificio art decó que fue construido gracias al donativo de la señorita Phelps Stok. Como resultó insuficiente, alrededor de dos décadas más tarde, Mary y Fred Adams dieron un generoso donativo para construir un edificio adjunto, que albergara la casa-hogar y amplios salones. Tiene un estilo muy diferente, reflejo de la arquitectura modernista de los años 50 del siglo XX.
Es poco conocido que la célebre Antonieta Rivas Mercado, reconocida mecenas, musa de los Contemporáneos, y tenaz humanista, que impulsó para México grandes obras en lo individual y en lo social, escribió el ensayo feminista Ideales de las mujeres: maternidad versus igualdad de derechos. Ella mostró su feminismo en los hechos, fungiendo como primera presidenta de la mesa directiva de la YWCA y brindando apoyo económico.
En 1985 el edificio art decó se afectó por el temblor lo que lo mantuvo cerrado por varios años. En 2003 se firmó un comodato con la Fundación del Centro Histórico (FCH) para rehabilitar los edificios y que recuperaran su antiguo uso, particularmente para la población del centro y de zonas aledañas. La filosofía de la YWCA es contribuir al desarrollo físico, espiritual y cultural de las personas.
Las instalaciones deportivas son impresionantes: una espectacular alberca semiolímpica, baños flamantes, un enorme gimnasio, con pisos de fina duela, muy bien iluminado con luz natural. Salones para distintas actividades: yoga, ballet, pilates y la que se le ocurra. En la parte de habitaciones ahora hay un económico hostal con todas las comodidades.
En el edificio de los años 50, la FCH ofrece talleres para jóvenes del rumbo, aunque están abiertos para cualquiera; los coordina con gran entrega Mali Haddad. Aquí hay de aerografía, hidroponia y vitro mosaico, entre otros. Al concluir el taller se les ofrece un curso de microempresa y varios egresados ya tienen su negocito.
En otras sedes como la hermosa casona barroca situada en la esquina de Isabel la Católica y Mesones, se imparte panadería tradicional y créanme que se les hace agua la boca con las sabrosuras que preparan los muchachos. Por cierto en la planta baja de la casona está la cantina La Vaquita, de la que ya hemos hablado con entusiasmo, ya que su botana es sabrosísima y la acompañan con tortillas del callejón
y bolillos recién horneados.
Un taller de gran interés es el de grabación y edición de audio digital. Este se imparte en otra bonita casona, situada en República de El Salvador 60, sede del Centro Cultural Aliac. Por último visitamos el de carpintería, ebanistería y rediseño de muebles. Este se lleva a cabo en la sede de la Casa de la Música Mexicana, en los rumbos de la Lagunilla. Vimos algunos rediseños que han efectuado los alumnos en muebles viejos, que diseñó el famoso arquitecto Mario Pani para el Hotel Bamer, hace más de medio siglo, y que ahora cobran nueva vida. Un valioso esfuerzo de la FCH que está brindando a muchos jóvenes una nueva posibilidad de vida.
