Nairobi, 5 de septiembre. La hambruna que sufre Somalia se extendió a una sexta región del país y amenaza con agravarse en los próximos cuatro meses, advirtió hoy la Organización de Naciones Unidas, que elevó a cuatro millones el número de personas que se encuentran en situación crítica en esa nación africana, de las cuales 750 mil corren el riesgo de morir ante la falta de una respuesta adecuada para el envío de ayuda humanitaria.

Decenas de miles de personas han muerto, la mitad eran niños, recordó la Unidad de Análisis de la ONU para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (FSNAU, por sus siglas en inglés), en un reporte difundido hoy en Kenia.

El balance de la ONU en julio ubicaba a 450 mil personas en peligro de muerte en Somalia, donde se estima que viven menos de ocho millones de personas.

Si el nivel actual de respuesta (a la crisis humanitaria) continúa, la hambruna se agravará en los próximos cuatro meses, indicó el organismo.

El estado de hambruna responde a una definición de Naciones Unidas que indica que al menos 20 por ciento de los hogares enfrentan grave penuria alimentaria, 30 por ciento de la población tiene desnutrición aguda y la tasa de mortalidad diaria es de 2 personas por cada 10 mil.

Al primero de septiembre, sólo se había abonado 59 por ciento de la ayuda solicitada para el conjunto de los países del cuerno de África afectados por la sequía, esto es, poco más de mil millones de dólares sobre los 2 mil 400 millones, según cifras de la ONU.

Bya es la sexta región en verse afectada por una sequía excepcional en todo el cuerno de Africa, sumada a otros conflictos en el país, como la guerra civil en que está inmerso desde 1991.

Esta región, así como la mayor parte del sur de Somalia, está controlada por los insurgentes islamitas shebab, que combaten contra el gobierno federal de transición para instaurar un gobierno musulmán en el país, e incluye sobre todo la ciudad de Baidoa, una de las principales del país.

Baidoa ya fue el epicentro de la anterior hambruna al comienzo de la década de 199: lo que le valió el apodo de la ciudad de la muerte. Otras cinco regiones fueron declaradas en hambruna por la ONU en julio pasado, primero Baja Shabelle y el sur de Bakool, ambas contiguas a Bay; los 400 mil desplazados de los campamentos de Afgoye, al norte de Mogadiscio, los instalados en la propia capital y los distritos de Balaad y Adale, en la región de Media Shabelle.

La FSNAU insistió en que 12.4 millones de personas en el cuerno de África, que comprende Kenia, Yibuti, Uganda y partes de Etiopía, sufren la peor sequía en décadas y necesitan ayuda humanitaria. Somalia es el país más afectado, debido a que el conflicto interno destruyó gran parte de su infraestructura y dificulta el acceso al centro y sur del país.

El gobierno de transición, instaurado en 2004, y los dirigentes de algunos territorios autónomos, como Puntlandia (norte), sostienen en Mogadiscio un segundo día de diálogo destinado a avanzar hacia un régimen de reconciliación nacional capaz de garantizar la paz y la reconstrucción del país.

Pero ni Somalilandia (norte), autoproclamada independiente en 1991, ni los shebab, que aún controlan el sur y el centro del país aunque se hayan retirado el mes pasado de Mogadiscio, asisten a estos debates auspiciados por la ONU.

Apoyado por la comunidad internacional, el gobierno de transición tendría que haber desaparecido en agosto pero se ha prolongado el mandato del actual presidente, Sharif Sheij Ahmed, y del presidente del parlamento, Sharif Hassan Sheij Aden.

La elección del próximo jefe de Estado debe celebrarse antes del 20 de agosto de 2012.