Desmentiremos a quienes quieren comprar el país por un plato de lentejas
: Papandreou
Detiene la policía a 106 participantes en las manifestaciones contra los planes de choque
Domingo 11 de septiembre de 2011, p. 26
Tesalónica, 10 de septiembre. El primer ministro griego, George Papandreou, dijo que está determinado a mantener el país en la zona euro y que hará todo lo que sea necesario para cumplir con los compromisos suscritos con sus acreedores.
Grecia se encuentra nuevamente bajo la lupa, ante el temor de que incurra en suspensión de pagos, pese a los dos rescates obtenidos en un año, en momentos en que crecen las voces para que el endeudado país salga de la eurozona.
Hemos decidido pelear la batalla para evitar un desastre para el país y su gente y permanecer en el euro
, afirmó. Desmentiremos a todos aquellos que apuestan por el fracaso del país por una Grecia lejos del euro, aquellos que quieren comprarla por un plato de lentejas
, criticó en el discurso transmitido en televisión desde Tesalónica, donde se realiza la principal feria económica del país y donde unas 25 mil personas se manifestaron contra los planes de austeridad del gobierno.
Estas medidas son, especialmente, acelerar el programa de privatizaciones y la reducción del sector público, exigido por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La próxima semana visitará el país una representación de los tres principales acredores de Grecia, llamada troika, integrado por el FMI, la UE y el Banco Central Europeo, que condicionará el desembolso de un nuevo tramo de las ayudas prometidas a cambio de reformas.
A finales de 2010 la deuda de Grecia sumaba casi 300 mil millones de euros (476 mil 100 millones de dólares), equivalente a cerca de 150 por ciento de su PIB. A cambio de la ayuda para evitar la bancarrota, el país se comprometió a reducir su déficit de 14.5 por ciento del PIB a menos de 3 por ciento para 2014 y a tener superávit primario el año próximo.
El gobierno de Papandreou ha reducido drásticamente salarios y pensiones como parte de una serie de medidas de ahorro para recibir los préstamos por un total de 220 mil millones de euros (303 mil 700 millones de dólares), incluidos entre el primer rescate, autorizado en mayo de 2010, y el segundo, prometido el 21 de julio pasado.
Las medidas de austeridad están lanzando a la economía a una contracción aún más profunda. El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, rechazó rumores de una suspensión de pagos, pero admitió que la economía –que se encuentra en su tercer año de recesión– se reducirá más de lo previsto. El PIB se contraerá en más de 5 por ciento este año, “la recesión excede todas las proyecciones, hasta los pronósticos realizados por la Unión Europea, el BCE y el FMI, dijo Venizelos.
A fin de cumplir con las condiciones del exterior el ministro adelantó que se reducirán más las nóminas de empleados públicos, aumentarán las privatizaciones y se profundizará la reforma del mercado laboral.
Los empleados públicos, que ya han sufrido un recorte de cerca de un quinto en sus sueldos, ahora se somenterán a una reserva del trabajo
, en la que se extraerá 60 por ciento de su sueldo y pueden encarar el despido si no encuentran otro empleo en el sector público dentro de un año.
En la ciudad se produjeron enfrentamientos durante las protestas que reunieron a funcionarios públicos, sindicalistas, estudiantes, los llamados indignados
(término secundado de la movilización juvenil en España) y comunistas.
Las movilizaciones acabaron en el Palacio Velicio, donde Papandreou dio su discurso. Invitados vestidos con traje y corbata fueron atacados con huevos antes de entrar en el recinto. Como signo de la tensión social, el primer ministro no inauguró la feria internacional de Tesalónica, rompiendo una larga tradición.
La policía dijo que detuvo a 106 personas, luego que algunos jóvenes rompieron ventanas y prendieron fuego a los principales comercios en las calles de la ciudad.
Alemania se prepara ante la posible bancarrota griega
En el ámbito exterior, el país también está bajo presión y el fracaso en cumplir las metas fiscales ha llegado a punto de ebullición, llevando a estrategas de la zona euro a dudar de su capacidad de evitar una moratoria de pagos y de seguir siendo miembro de la moneda única.
En Berlín, el semanario Der Spiegel publicó que Alemania ya analiza todos los escenarios en que puede darse una quiebra de Grecia y prepara los instrumentos para limitar los efectos.
El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, trabaja básicamente con dos variantes: una manteniendo a Grecia en la zona euro y otra con el país volviendo a su antigua moneda, el dracma.
En ambos casos se considera fundamental dar al Fondo Europeo de Estabilización Económica (EFSF) cuanto antes las nuevas competencias que le asignaron los jefes de Estado y de gobierno de la eurozona en la cumbre de crisis a finales de julio. El Parlamento alemán votará las reformas el 29 de septiembre.
Según Der Spiegel, los equipos del ministerio creen que una quiebra desataría sobre todo dos problemas. Por un lado, la necesidad de líneas de créditos para países como España o Italia, a los que los inversionistas podrían dejar de prestarles fondos si cae Grecia.
Por otro lado, los bancos de numerosos países de la zona euro necesitarían miles de millones de euros de los fondos de rescate, porque tendrían que amortizar bonos griegos de sus reservas.
La canciller Ángela Merkel pidió tener con Grecia la misma paciencia
que se tuvo con la extinta Alemania oriental, tras la reunificación. Sin embargo, añadió en una entrevista que publicará el domingo el diario Tagesspiegel am Sonntag: Grecia sabe que el pago de los créditos depende de que cumpla con los requisitos.