Resultados preliminares auguran una segunda ronda; enfrentaría a Manuel Baldizón
El general de la mano dura
tiene 37.16% de votos con sólo 2.20% de mesas escrutadas
Lunes 12 de septiembre de 2011, p. 33
Guatemala, 11 de septiembre. Otto Pérez Molina, el general de la mano dura
, acusado por organizaciones humanitarias de abuso y violación de los derechos humanos en la pasada guerra civil, se perfilaba este domingo como el vencedor de las elecciones generales en Guatemala, si bien se prevé una segunda vuelta para el 6 de noviembre, de acuerdo con datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los resultados del conteo de apenas 366 mesas de 16 mil 668, es decir, 2.20 por ciento al cierre de esta edición, ratificaba a grandes rasgos las tendencias de los sondeos, y otorgaban a Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), 37.16 por ciento de los votos, mientras el empresario Manuel Baldizón, de la agrupación Libertad Democrática Renovada (Lider), contaba con 24.11 por ciento, y ambos se enfrentarían en segunda ronda.
Las preferencias electorales de los sondeos le auguraban entre 42 y 47 por ciento de los votos al general retirado, que busca por segunda vez la presidencia y que basó su campaña en el concepto de mano dura
que, ha dicho, representa la firmeza con que acometerá las luchas contra el crimen, el narcotráfico y la pobreza.
De confirmarse las tendencias que había esta noche, se deberá convocar a una segunda vuelta el 6 de noviembre, algo que quería evitar Pérez, quien más temprano, al sufragar, aseguraba que “el pueblo de Guatemala quiere terminar esta elección en la primera vuelta.
Esta es la gran oportunidad para que no regrese el pasado (...) el cambio nunca va a poder estar representado por el pasado, por gente que ha cometido irregularidades
, replicó Baldizón en referencia a Pérez, acusado de violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil que terminó en 1996.
Más de 7.3 millones de votantes, incluidos 1.9 millones de analfabetos y millones de indígenas, optaron este domingo entre 10 candidatos, uno solo de izquierda: la indígena y premio Nobel de la Paz 1992 Rigoberta Menchú, cuya intención de voto apenas llegaba a 2 por ciento.
Pérez, de 60 años, dejó la carrera de las armas en 1998 para incursionar en la política, fundó el PP y ganó un escaño en el Congreso Nacional, cargo que asumió en 1994, tras lo cual, y con su escasa experiencia política, decidió postularse a la presidencia en los comicios de 2007.
El ex militar, que está a favor de recibir fuerzas extranjeras para apoyar el combate a la delincuencia y a los cárteles de droga, llega a los comicios con una carga de acusaciones por violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil que se desarrolló entre 1960 y 1996.
A comienzos de la década de 1980 comandó tropas en Nebaj, en el departamento Quiché, donde al ejército se le responsabiliza de las peores matanzas de civiles, en su mayoría indígenas mayas, de acuerdo con la Comisión de la Verdad respaldada por la Organización de Naciones Unidas.
Más tarde, encabezó la temida unidad de inteligencia militar a la que grupos de derechos humanos atribuyen torturas y asesinatos políticos durante el conflicto.
Pese a todo, Pérez Molina se nombra orgulloso el general de la paz
por haber participado, como representante del ejército, en las negociaciones con la guerrilla que culminaron en diciembre de 1996 con un acuerdo de paz que selló el conflicto interno de 36 años que dejó unas 200 mil víctimas, entre muertos y desaparecidos.
La jornada, en la que también se votó para elegir un nuevo Congreso unicamaral, así como a los representantes del Parlamento Centroamericano y a 333 alcaldes municipales, se desarrolló con normalidad, aunque hubo algunos incidentes aislados, indicó el TSE.