Cuando al cineasta, fotógrafo y escritor Carlos Saura le fueron a tomar las medidas para la toga y el birrete que utilizará hoy en la ceremonia en la que se le otorgará el doctorado honoris causa, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), todo iba bien hasta que “llegaron a mi cabeza; la señorita dijo ‘90 centímetros’, yo dije para mí mismo ‘por más inteligente que seas, Saura, no puedes tener una cabeza tan enorme...’ afortunadamente la señorita se había equivocado”.

Junto a Saura la UNAM distinguirá al cantante catalán Joan Manuel Serrat, al sociólogo Pablo González Casanova, a la ensayista Margo Glantz, al astrónomo Manuel Peimbert Sierra, a la genetista brasileña Mayana Zatz, a la investigadora María Teresa Gutiérrez Vázquez de MacGregor, al arquitecto Ricardo Legorreta Vilchis, al neurofisiólogo Pablo Rudomin Zevnovaty, al político Fernando Solana Morales y a la también investigadora Elisa Vargaslugo Rangel.

El cineasta español, en entrevista con La Jornada, dice: Es la cuarta vez que una universidad me concede tal distinción, pero la primera que me toman medida para la vestimenta, antes no me habían medido... no tengo ni idea de por qué me lo dan, pero lo agradezco muchísimo, aunque creo que serán razones cinematográficas; supongo que es por eso.

Facilidades de las cámaras digitales

Carlos Saura llegó el martes y se sorprendió con la noticia de los cadáveres abandonados en Veracruz. Comenta: El cine ha cambiado en cuanto a que antes podía hacer los reportajes cinematográficos y hoy día, con las cámaras digitales y la facilidad de trabajar en cualquier calle, se pasa por la televisión; estamos al día de lo que pasa en el mundo por la televisión, no gracias al cine. Lo que hace el cine es reconstruir algo que sucedió. A mí lo que me impacta muchísimo son los reportajes televisivos; ahí te enteras de las guerras, de la violencia y de todo lo que ocurre en el mundo; el cine debe tener un efecto reflexivo, sanador y demás cosas. Pero la denuncia se debe hacer mediante las cámaras de televisión; no se hace cabalmente porque no le interesa, pero ese es otro problema.

Agrega: Creo que el cine, aunque tampoco lo puedo decir de manera absoluta, tiene la función de retratar la realidad con la imaginación, porque lo platicaba mucho con Luis Buñuel, que fue mi amigo: la realidad es mucho más compleja de lo que aparenta ser, no sólo fotografiar a México sino están también los sueños, lo que uno quisiera ser, lo que no puede ser, los recuerdos, en fin, y todo ese follón, todo ese mundo es lo que me apasiona muchísimo, que es complicado de tocar pero que es parte de una realidad más amplia.

Carlos Saura explica: Desde mis inicios en el cine he tratado de buscar ese camino utilizando la imaginación. Porque me siento muy bien. No, me siento bien, porque decir muy bien es peligroso, porque eso es ser optimista y corres el riesgo de convertirte en un imbécil.

Dando un giro en la charla, el maestro Sura dice: “Recientemente he hecho muchas películas musicales, sobre todo dedicadas al flamenco, que me apasiona. Por otro lado, he abierto una línea distinta, por ejemplo en Tango, que es cine de ficción y cine musical, pero se van compensando uno con otro. Como amo tanto el flamenco y amo la música en general, es una especie de regalo tener una cámara para retratar a los artistas que creo que son los mejores en cada una de sus actividades; que trabajen para mi cámara es un placer enorme. En cambio, en el cine de ficción uno tiene que construir un escenario, personajes, diálogos y situaciones para luego poner todo eso en marcha con luz, decorados y demás. Casi todo lo que he hecho es en sitios cerrados, herméticos, donde puedo controlar todo, como una especie de cine de cámara.

“Esta línea a mucha gente le fastidió muchísimo. Incluso mi distribuidor francés anterior, cuando mi película Bodas de sangre, me dijo que no se me ocurriera hacer esa españolada porque iba a destruir mi carrera, y aquí estoy... No soy necio; escucho los consejos que son inteligentes, los demás no me interesan, los distingo porque sé que tengo amigos inteligentes y amigos que no lo son; es una cosa evidente. No podemos negar que estamos influenciados por muchas cosas; el que diga o piense que es autodidacta está equivocado, porque no es posible.”

El cinerrealizador agrega: No me interesa ver mis películas pasadas; evidentemente son épocas distintas porque uno nunca es el mismo, uno cambia con la vida, aunque no quiera; va evolucionando para bien o para mal y todo eso se refleja en mis películas.

Carlos Saura ignora cuál será el futuro del cine, porque el hombre se ha equivocado más cuando trata de predecir el futuro, pero sí tiene la certeza de que siempre se harán películas, siempre se escribirán novelas y se pintarán cuadros, pero no se sabe adónde irán.

La ceremonia de entrega de los reconocimientos doctor honoris causa se efectuará a las 12 horas en el Palacio de Minería y será presidida por el rector José Narro. Con este acto concluirán los festejos por el centenario de la UNAM.