a Asamblea General sostiene su 66 reunión y el momento de la verdad es ahora. Con toda la esperanza y grandes expectativas del pueblo palestino y con la mayoría de apoyo en esta asamblea para su derecho a la plena membresía, podemos ver un claro doble rasero en algunos de los discursos.
El discurso de Obama fue decepcionante. Al tiempo que habló de la credibilidad de los valores de Estados Unidos y de su visión para los conflictos internacionales, ¡habló mucho también sobre el sufrimiento de los judíos, comenzando con el holocausto y hasta ahora! Y dijo que Israel ha sufrido muchas guerras, rodeado de un ambiente poco amistoso en la región.
Nos decepcionó que no mencionara el sufrimiento del pueblo palestino, desde hace más de 60 años, y también olvidó que Israel ha comenzado todas estas guerras, empezando con la ocupación de 1967 y pasando por las guerras de 1982 y 1988 en Líbano hasta la última agresión contra Gaza, resultando siempre victorioso; olvidó también mencionar la ocupación militar, que es la última en el mundo.
Esperábamos al menos que mencionara el sufrimiento de dos tercios del pueblo palestino que vive en campos de refugiados desde hace 63 años y el otro tercio que ha vivido 44 años bajo ocupación. También mencionó que hace un año, desde la misma tribuna de Naciones Unidas, prometió que Palestina sería miembro de la organización para este septiembre y alegó que durante este año no se dio ningún progreso en el proceso de paz y por eso no se cumplió su promesa, aunque él personalmente ejerció presión a Israel para detener la construcción de asentamientos y que así se reanudaran las negociaciones, pero falló.
Puesto que negociaciones
es la palabra más usada en la ONU ahora, me gustaría explicar algo muy importante: estamos comprometidos con la negociación pero ésta no puede durar por siempre, pedimos negociaciones con un plazo definido y términos de referencia, hemos negociado durante 19 años en los que Israel ha continuado creando hechos consumados (los asentamientos se han duplicado cuatro veces en este tiempo e Israel ha construido el muro de separación, condenado por la Corte Internacional de Justicia de La Haya y por Naciones Unidas), y lo que decepciona tanto al pueblo palestino es que se nos prometió que tendríamos nuestro Estado en un plazo máximo de cinco años después de la Conferencia de Madrid (1991), sin embargo, continuaremos negociando después de este septiembre en el organismo mundial porque tenemos seis asuntos de estatuto final por discutir y cuya solución sólo se alcanzará por la vía de las negociaciones.
Ser miembro pleno de la Organización de Naciones Unidas no es una dádiva, es un compromiso de la comunidad internacional que ha sido demorado 63 años desde la Resolución 181-II de la Asamblea General, que dividió a Palestina en dos estados y, puesto que la comunidad internacional entera cree en la solución de dos estados para este conflicto, la segunda mitad de la resolución debe ser completada, pero no se puede poner a un carnicero con el cuchillo en la mano y a un cordero en la misma mesa para negociar.
El pánico de Israel hacia este paso viene del hecho de que Palestina se convertirá en un Estado bajo ocupación y no más los territorios palestinos
; esto hará más efectivas todas las resoluciones de Naciones Unidas que condenan la ocupación, la construcción de asentamientos, la anexión de Jerusalén, el muro de separación, etcétera. En segundo lugar esto obligará a Israel a declarar sus fronteras cuando el Estado palestino tenga las fronteras del 4 de junio de 1967.
Por primera vez, Israel debe declarar sus fronteras en esta línea (fronteras del 67). La Resolución 242 del Consejo de Seguridad y la Asamblea General declara que el territorio más allá de las fronteras del 67 está bajo ocupación militar.
A lo largo de la historia, Estados Unidos ha declarado tres veces que quiere ver un Estado palestino: la primera, antes de la invasión de Afganistán, la segunda en el tiempo de la invasión a Irak (éstas durante el periodo de Bush) y la tercera en el discurso de Obama en El Cairo y el año pasado en la ONU y aquí fue suficientemente valiente para mencionar las fronteras del 67.
El veto estadunidense afectará la credibilidad de Estados Unidos y por supuesto afectará sus relaciones con las naciones árabes y con el mundo islámico; es por esto que están ejerciendo toda su presión en tres países del Consejo de Seguridad cuyo voto aún no está definido: Nigeria, Portugal y Bosnia Herzegovina, para que no obtengamos los nueve votos en el Consejo de Seguridad necesarios para esta solicitud y no verse en la situación de usar el veto.
Hoy en día, 127 países reconocen al Estado de Palestina (cuyas poblaciones representan 75 por ciento de la población mundial total). Otros países nos han prometido votar a favor, deseamos ganar esta batalla política, aunque no cambiará mucho en el terreno allá, en Palestina, pero apoyará a los moderados en la región y mantendrá la credibilidad de la esperanza en la paz y la credibilidad de Naciones Unidas. Arafat, hace más de 30 años, vino a Naciones Unidas con un arma en una mano y una rama de olivo en la otra; ahora el presidente Abu Mazen (Mahmoud Abbas) está en el mismo lugar, sosteniendo sólo la rama de olivo, pero también sosteniendo el sufrimiento de su pueblo y la esperanza y el derecho a la independencia y a la autodeterminación, no le dejemos caer.
* Embajadora de Palestina en México