Si se quiere globalizar la verdad, la esperanza, la dignidad y la solidaridad, hay que luchar a fondo contra la mentira y la manipulación, aseguró Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, quien agregó que ante la excarcelación de René González Sehwerert –hoy 7 de octubre–, la verdad tocará a las puertas de Washington y el gobierno estadunidense deberá decidir a quién va a proteger, si a quien mantuvo durante 13 años preso injustamente o a los grupos terroristas que trabajaban contra de Cuba.

En tanto, Carlos Payán, director fundador de La Jornada, resaltó el hecho de que Cuba nunca se haya dejado derrotar ante la presión canalla que ha tenido que soportar por parte del imperio y subrayó que pese a todas sus estrecheces materiales la Revolución Cubana ha mostrado una conmovedora solidaridad con otros pueblos, incluido México y destacó que más de mil 500 connacionales estudian medicina becados en la Universidad de La Habana.

Payán Velver recordó que ayer se cumplieron 35 años del atentado contra una nave de Cubana de Aviación, en el cual perdieron la vida 73 pasajeros, atentado terrorista dirigido por Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, ambos agentes de la CIA y protegidos hasta la ignominia por las autoridades estadunidenses.

Ricardo Alarcón también se refirió a la criminal destrucción de la aeronave y dijo que nunca antes un avión civil había sido objeto de un ataque de estas dimensiones. Agregó que de acuerdo con un documento desclasificado en julio de 1995, cuya copia mostró a los asistentes a la inauguración del sexto Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba, se reconoce la responsabilidad que tuvo el gobierno de Estados Unidos en dicho atentado.

Señaló que pese a que el gobierno de Washington sabe que Posadas fue responsable, no ha cumplido con su obligación de hacer justicia y detenerlo.

Al acto realizado en el Teatro de la Ciudad también asistieron el embajador de Cuba, Manuel Aguilera de la Paz, y los representantes diplomáticos de Argentina, Patricia Vaca Narvaja; de Bolivia, Jorge Mancilla; de Uruguay, Rodolfo Camarosano; de Venezuela, Trino Alcides, y el de Vietnam, Le Thanh Tung, así como de los gobiernos del Distrito Federal y de Nayarit, entre otros.

Margarita Morales, hija de Luis Alfredo Morales, uno de los asesinados en el atentado de 1976, expuso la incongruencia de que Posada Carriles haya sido absuelto y viva tranquilamente en Estados Unidos, pese a haber ultimado a 73 personas, y los cinco cubanos que fueron encarcelados y acusados de conspiración por supuestamente espiar a Estados Unidos, estén purgando condenas injustas.

Lamentó que sea la impunidad la que acompaña a este crimen y resaltó la capacidad del pueblo cubano para soportar el bloqueo. Indicó que los enemigos de la Revolución no entienden de dónde viene esa capacidad de resistencia, la cual, dijo, se explica por la solidaridad del pueblo cubano.

Gail Walker, hija del reverendo Lucius Walker –fundador del movimiento de las Caravanas de la Amistad de los pastores por la paz– en representación de los delegados internacionales de los movimientos solidarios que existen en Estados Unidos con el pueblo cubano, resaltó que desde 1992 han realizado 22 caravanas humanitarias hacia la isla y han contribuido a crear conciencia dentro de Estados Unidos de la política brutal de este gobierno hacia Cuba. También lamentaron que durante la administración de Barack Obama sigamos viendo fuertes agresiones contra Cuba.

Ante los cientos de asistentes Payán Velver recordó cómo el pueblo mexicano se volcó en solidaridad hacia la isla luego de la invasión en Bahía de Cochinos y señaló que desde ese momento el apoyo no ha menguado.

En México hubo grandes manifestaciones que terminaban en el Zócalo y cubrían toda la explanada. A la segunda de estas manifestaciones llegó el general Lázaro Cárdenas. Fue un acto memorable. Habló en medio de la oscuridad, la multitud escuchando en silencio su voz. Miles de personas que habían concurrido de todas las clases sociales, jóvenes estudiantes, empleados públicos y privados, mujeres, trabajadores de todo tipo estaban ahí, expresando su apoyo a la Revolución Cubana y condenando la invasión.

Por su parte, Alarcón alertó que González Sehwerert corre peligro en Estados Unidos, pues los grupos terroristas enemigos de Cuba pueden atentar contra su vida, y criticó que se no se lo deje regresar a su país.

Durante el encuentro se criticó que para el gobierno de Estados Unidos hay un terrorismo bueno, el que le beneficia o apoya sus intereses, y uno malo, el que está en contra de los intereses de está nación.