La pugna y el cruce de acusaciones de los partidos políticos frente a la fallida elección de consejeros electorales continúa, así como la advertencia de que esta situación afectará al proceso electoral federal de 2012.

Gustavo Madero, presidente del PAN, dijo que no habrá consejeros del IFE si el PRI insiste en establecer un acuerdo político sin la participación del blanquiazul y del PRD al mismo tiempo.

Rechazó que un Instituto Federal Electoral (IFE) incompleto reduzca su confiabilidad. Nosotros tenemos plena confianza en que los actuales representantes... van a tomar las decisiones con total independencia y transparencia, puntualizó.

En tanto, el PRI lamentó la decisión de PAN y PRD frente al intento por designar, el jueves, a los tres integrantes faltantes del Consejo General del IFE. La secretaria general del tricolor, Cristina Díaz, definió casi como berrinche la actitud de esos partidos.

Fue una profunda irresponsabilidad dejar al órgano electoral sin esos tres integrantes.

“Lamentamos –añadió– que esa decisión se pretenda cargarla al PRI, cuando después de un año, la Junta de Coordinación Política, encabezada en ese momento por Josefina Vázquez Mota [hoy aspirante a la candidatura presidencial del PAN] cayó en omisión al no tratar el tema.”

Subrayó que la Comisión de Gobernación en San Lázaro, encabezada por Javier Corral (PAN), decidió con la mano en la cintura vetar los perfiles de mexicanos profesionales, simplemente porque no le viene bien.

Con esta actitud se vulnera no sólo al órgano electoral, sino a la ciudadanía, expresó.

El senador Arturo Núñez, del PRD, participante en tres negociaciones para elegir a los integrantes del IFE entre 1990 y 1996, cuando ese órgano se ciudadanizó, calificó de retroceso la intención de algunas fuerzas políticas en la Cámara de Diputados de nombrar a personeros partidistas en lugar de consejeros.

Dijo que tal vez sería mejor regresar a la época en que la negociación se daba en la Secretaría de Gobernación, con los representantes de los partidos. Por lo menos se sabía claramente quién era quién y nadie andaba pensado en meter al IFE representantes partidistas subrepticios o clandestinos.

En esas negociaciones era otro nivel, otra altura de miras y se buscaba a candidatos al Consejo General del IFE dentro de ciertos rangos, preferencias políticas, ideológicas, pero dispuestos a honrar la función que se les encomendaba.

Núñez, como subsecretario de Gobernación, estuvo en tres negociaciones. En la de 1990, junto con el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, se eligió a consejeros y magistrados electorales; en 1994, “cuando en la emergencia se sustituyó a los primeros, en pleno proceso electoral, y el de 1996, en que entraron los consejeros ciudadanos.

Fue cuando ingresaron al IFE Santiago Creel, Miguel Ángel Granados Chapa, José Woldenberg, entre otros. Lo pudimos hacer y logramos respetabilidad, nadie andaba queriendo meter a un personero partidista, pero en el momento que se sale de Gobernación y de las dirigencias partidistas y cae en manos de los diputados, se vuelve una rebatiña espantosa.

Para la elección de 2006, la Cámara de Diputados eligió al Consejo General –apuntó– de muy triste memoria que encabezó Luis Carlos Ugalde.

El senador Arturo Escobar (PVEM) advirtió que el gran problema del IFE es que está en pares.

La conformación del IFE con nueve consejeros, viene de 1994: pero pudieron haber sido cinco o siete, porque para decidir se requieren nones. Eso es lo que complicará las cosas y darse inmovilidad en las decisiones del Consejo General. Pero fuera de eso, no hay riesgo de nada.

El IFE, insistió Escobar, es una institución del Estado mexicano que opera independientemente de quien la integre o presida. Lo que ocurre es muy lamentable.

En entrevista aparte, el presidente del Senado, José González Morfín, dijo que se debe hacer un esfuerzo por despartidizar la elección de los tres consejeros faltantes y lamentó el albazo que pretendió dar el PRI, junto con partidos pequeños, en San Lázaro.

Denunció que PAN y PRD fueron excluidos de la negociación en la Cámara de Diputados, ya que la terna para elegir a los consejeros faltantes se armó entre la bancada priísta y las fracciones pequeñas.