Mientras la consejera jurídica del Gobierno del Distrito Federal, Leticia Bonifaz Alfonzo, y el presidente de la Comisión de Derechos Humanos local, Luis González Placencia, se manifestaron en contra de incrementar las sanciones a los adolescentes infractores, el presidente del Tribunal Superior de Justicia capitalino (TSJDF), Édgar Elías Azar, señaló que se requiere de medidas fuertes.

Por separado, Bonifaz Alfonzo señaló que más que aumentar las sanciones a los adolescentes que cometen algún delito hay que impulsar un cambio cultural a nivel de las escuelas y del ámbito familiar, como se hizo en Bogotá, Colombia.

En tanto, el ombudsman capitalino declaró que en la ciudad de México hay una necesidad imperiosa de reformar el sistema de justicia para adolescentes, que no tiene que ver con que las sanciones sean más o menos severas, pues se ha demostrado que penas más largas implican problemas a futuro, por lo que hay que encontrar mecanismos para evitar que nuestros jóvenes vayan a prisión.

Para el magistrado Édgar Elías Azar, presidente del TSJDF, se requieren de medidas fuertes, muy fuertes, de estrategias nacionales (y) de buenas leyes locales para evitar que los jóvenes entren en el cauce de la ilegalidad. Agregó que las cifras de adolescentes inmersos en la delincuencia están creciendo alarmantemente, (pues) de tres años a la fecha prácticamente se han duplicado.

El miércoles, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, declaró que es necesario hacer más enérgicas las penalizaciones para jóvenes que ponen en riesgo la vida de otros, por lo que Bonifaz Alfonzo aclaró que es una discusión muy antigua, en la que no hay consenso. El jefe de Gobierno del DF lleva años analizando este punto y se tienen recomendaciones de expertos.

La consejera explicó que la instrucción que se tiene de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es: si el infractor es menor de edad no puedes ni siquiera meterlo a una galera, está con el juez cívico, platicas con él, llamas a los padres y en el caso que lleguen se los entregas, y si no, tienes que buscar a otro familiar.

Refirió que en la mayoría de los casos los jóvenes proceden de hogares desintegrados, los padres tardan horas en aparecer o ni siquiera se sabe dónde localizarlos.

Reconoció que en el caso de quienes lanzaron petardos en la estación Iztacalco del Metro no fue una falta menor, porque se puso en riesgo la vida e integridad de los usuarios, sino que es un tema de la Ley de Justicia de Adolescentes, lo cual tendría un cariz distinto a lo que es la simple justicia cívica.

Con información de Tania Sánchez