Buenos Aires, 23 de octubre. Una multitud, la mayoría de jóvenes agitando banderas, fotografías de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y también de su fallecido esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, así como muñecos alegóricos, comenzó a llegar desde temprano en la tarde de distintos puntos hacia el centro de esta capital, donde se ubica el hotel Intercontinental, sede de campaña del gobernante Frente para la Victoria, que celebra esta noche un triunfo arrasador.

A medida que se conocían los resultados a boca de urna, se confirmaba que la expectativa de triunfo superaba todas las previsiones de las encuestas.

Otra multitud convergió hacia la Plaza de Mayo, al son de los tambores, y poco tiempo después ambos se unían en un solo frente, mientras los fuegos artificiales surcaban la noche porteña.

La alegría de los más jóvenes era indescriptible, y, como decían los mayores, que bailaban al ritmo de éstos: estamos viendo la gran esperanza del país en estos muchachos.

El Frente para la Victoria había logrado varios récords históricos esta noche. Por una parte, la cantidad de votantes alcanzó más de 78 por ciento del padrón.

Las elecciones fueron las más tranquilas de los últimos años, sin crispaciones, y los medios destacaron que es una fuerte señal el hecho de que por primera vez en la historia se elija al presidente –el número siete– sin interrupciones ni golpes de Estado.

También será la segunda vez desde la recuperación democrática que se relegirá un presidente y se trata de la primera mujer elegida por votación, en 2007, para la presidencia de la república.

Esto hizo que las mujeres festejaran junto a los jóvenes, en esa enorme marea que puso un signo distinto aquí y en todas las capitales del país.

También Cristina Fernández de Kirchner logró la diferencia más grande en la historia del país con su principal contendiente, en este caso el socialista moderado Hermes Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe, a quien le sacó más de 40 puntos de ventaja.

El mapa político de Argentina cambia a partir de este momento, con la evidente derrota del peronismo de derecha, mientras la Unión Cívica Radical (UCR), el centenario partido socialdemócrata que dio un giro a la derecha en los últimos tiempos, perdió incluso la gubernatura en su bastión más importante: la provincia de Mendoza. Sólo le quedan dos gobernadores: en Santiago del Estero y en Corrientes, pero en ambos casos sus referentes están muy cercanos a la mandataria.

El festejo de los jóvenes era un símbolo de los cambios producidos desde 2003, cuando Néstor Kirchner llegó a la presidencia, con un país destruido y en bancarrota, y hoy es una Argentina floreciente con altos índices de recuperación no sólo económica, sino social.

Ella nos demostró su capacidad de enfrentar la adversidad cuando se puso de pie al perder al compañero de toda su vida, el ex presidente Kirchner. Nos devolvió la buena política, la esperanza. Con él nos sacaron del infierno y estamos en otro camino de cambios, dijeron los jóvenes esta noche entre cánticos.

También destacaron que la mandataria demostró que se puede enfrentar a los medios del poder hegemónico que la injuriaron e insultaron en su condición de mujer. Nos enseñó que se puede terminar con la impunidad con voluntad política y escuchando la voz de los que tanto han sufrido. Nos dijo que los que vivieron dictaduras saben lo que es recuperar la posibilidad de elegir y vivir dignamente.

Para ellos la presidenta abrió el camino y las alamedas y nunca retornará la noche.

Ésta es –afirmaron– una decisión que tomamos desde el momento que todo comenzó a resurgir como una Argentina nueva. Valoramos lo que se ha hecho en derechos humanos y esta noche, en este país, los desaparecidos, los asesinados en el pasado, han regresado a estas calles, con las madres, las abuelas, los hijos y con la memoria viva. Todo eso es lo que festejamos hoy en esta Argentina, que es ejemplo del mundo en recuperación histórica. Los festejos continuarán toda la noche.