De cara a las elecciones que se realizarán este jueves 27 para renovar el Consejo Universitario (CU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en las escuelas y facultades de esta casa de estudios se han registrado decenas de planillas de estudiantes para contender por un lugar en dicho órgano de representación.

Entre las propuestas de los aspirantes figuran aspectos tan diversos como mejorar el servicio de Internet inalámbrico y de transporte interno; pugnar por mayor presupuesto para sus escuelas; facilitar el acceso a libros y fotocopias, o ampliar la variedad de alimentos que se venden en el campus, de acuerdo con un sondeo realizado por La Jornada en algunos centros de la Universidad.

Será una elección histórica, pues es la primera después de las reformas aprobadas en agosto pasado, cuando se decidió ampliar de 228 a 283 el número de consejeros universitarios, por lo que la representación estudiantil crecerá en 20 espacios y la de profesores en 12; además de que se incorporarán al CU, por primera ocasión, 10 técnicos académicos y cuatro investigadores de centros, y se creó la figura de invitado permanente para dar cabida a la participación adicional de cinco trabajadores con voz y voto en las comisiones, y voz en el pleno, que se sumarán a los dos que tienen.

Según la legislación universitaria, la función del CU es elaborar las normas y disposiciones que ayuden a la mejor organización y funcionamiento de la UNAM en sus aspectos académicos y técnicos.

Ante la imposibilidad de recoger los puntos de vista de las planillas de todas las escuelas y facultades de la institución –aún en campaña, muchas no dan a conocer un correo electrónico o cuenta de Twitter o Facebook para solicitar más información–, La Jornada se dio a la tarea de presentar un panorama general del tema, con las opiniones y propuestas de algunos candidatos.

En la Facultad de Economía, Luis Eduardo Flores y David Muñoz, de la planilla Fusión, consideraron importante diseñar propuestas sencillas, ya que en el CU no pueden plantearse reformas estructurales. Por ello buscan reformar el plan de estudios de licenciatura; ampliar la cobertura de Internet inalámbrico, incrementar el acervo de la biblioteca e instalar un servicio médico en la Facultad.

El colectivo Redes Universitarias registró la fórmula Con mucho corazón, de Salvador Luévano y Mauricio Pérez, quienes plantean defender el presupuesto universitario, subsidiar el nuevo comedor de la Facultad para reducir sus costos, ampliar las becas, reformar democráticamente el plan de estudios y posicionar a este centro de estudios como punto de crítica de los problemas nacionales.

Carlos Manuel Sánchez Ramírez, aspirante por los posgrados de ciencias sociales, planteó rescatar la figura de consejero estudiantil como vínculo efectivo entre las autoridades y la población, crear una base de datos del conocimiento de su área de especialidad, elegir un representante por cada uno de los programas de posgrado involucrados en esta área y fomentar la publicación de artículos de los estudiantes en revistas especializadas.

En la Facultad de Filosofía y Letras, Ángel Chávez y Éber Carreón registraron la planilla Plataforma Estudiantil de Izquierda, cuyas propuestas son mayor acceso a copias y libros, buscar más presupuesto para las humanidades y ciencias sociales, e involucrar a la Universidad en la resolución de los problemas del país.

Samuel Zepeda y Karen Rojano coincidieron en defender las humanidades y las artes, realizar congresos y coloquios con la participación de alumnos, y mejorar la seguridad de este centro de estudios, así como su acervo bibliográfico.

Tania Nieto e Ilse Castro proponen también conseguir mayor presupuesto para las humanidades, las artes y las ciencias sociales, trabajar con los consejeros de otras facultades para crear proyectos conjuntos, mantener informada a la comunidad, gestionar la mejora del transporte interno y promover la equidad de género.

En la Facultad de Medicina, Mildred Martínez, de la planilla Fuerza Médica, sugiere dar a conocer más entre los estudiantes la labor de los consejeros universitarios, elaborar mejor los exámenes departamentales, crear un servicio médico en la escuela, mejorar la vigilancia y seguridad y reforzar la calidad de la educación que imparte la UNAM.

Julio Pisanty, de la fórmula SaluDar, subrayó la necesidad de acabar con el maltrato de los profesores a los alumnos en la Facultad durante el proceso educativo, informar a su comunidad de manera constante sobre sus actividades y generar médicos que cambien el sistema de salud por uno más humano e incluyente.