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La escritora disertó acerca de María Zambrano en Morelia

El exilio, despertar de la conciencia a la luz del alba: Muñiz-Huberman
 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de octubre de 2011, p. 4

El exilio, planteó la escritora Angelina Muñiz-Huberman, es muerte primero, por la pérdida de patria, familia, tierra, paisaje. Pero es vida después, al renacer y descubrir el despertar del verdadero ser. El exilio es una forma de la esperanza y la ventana siempre queda abierta.

Durante su conferencia María Zambrano en Morelia ante una ventana, la ensayista, narradora, poeta y traductora planteó lo anterior y agregó que la filósofa española nació al exilio durante los meses que vivió en México, de donde luego pasó a otros países de América Latina y Europa, para regresar a su patria en 1984.

Durante su charla, ofrecida en la Capilla Alfonsina como parte del ciclo Si me quieres escribir… autores del exilio español en México, Muñiz-Huberman consideró que esa condición no es gratuita ni es una derrota, es el camino de los iniciados hacia la interioridad del alma. Los que condenan al exilio ignoran que no es un castigo, sino un despertar de la conciencia a la luz del alba.

Recordó que en La tumba de Antígona, Zambrano (1904-1991) representa el exilio como estado terminal y no como una situación temporaria. Antígona, comentó la conferencista, está a un paso de la definición última. Su desapego inminente de las cosas y de los seres equipara instantaneidad con eternidad y es la medida del exilio.

Ella misma hija de exiliados españoles, nacida en Francia en 1936 y naturalizada mexicana en 1942, Muñiz-Huberman recordó que Zambrano publicó dos libros fundamentales durante su estancia en México, aunque ya los había trabajado con anterioridad: Pensamiento y poesía en la vida española y Filosofía y poesía.

El primero aborda la importancia de la poesía en el ser español y, el segundo, los límites entre filosofía y poesía, en su origen cercanas y después alejadas poco a poco, aunque siempre imbricadas. A Zambrano, dijo, le obsesionaba explicar los rasgos de una cultura tan firme y tan contradictoria como la española.

Luego de hablar de la visión de Zambrano sobre la importancia del realismo, la espontaneidad y lo inmediato en España, así como de la vitalidad arrolladora de ese país, Muñiz-Huberman comentó:

El realismo español ama y une las dos fuentes de la creación: la culta y la popular, cuyas raíces nunca estarán separadas a diferencia de otras culturas. De esta unión nacerá la coherencia del saber y el arte hispánicos en absoluta armonía, aunque parezca ininteligible desde fuera, y por ello su originalidad. La realidad se convierte en materia sagrada y un toque de melancolía es la manera de sentir la vida que fluye.

La filósofa, abundó Muñiz-Huberman, encuentra que la manera del conocimiento español tampoco es la tradicional europea y que la fuerza de la razón decae en su territorio. Y explicó:

“La manera del conocimiento se origina en las fuentes poéticas y es la unión de dos términos aparentemente opuestos lo que lleva a María Zambrano a su hallazgo definitivo: la razón poética es la que moldea la cultura española. No el logos aristotélico, sino el poder de la creación poética como vía, ascética y no, para abarcar en sí el sentido de la naturaleza toda”.