Ante la inexistencia de las llamadas cajas negras, los restos de fuselaje y las huellas que dejó el impacto del helicóptero caído en terrenos de Santa Catarina Ayotzingo serán los únicas elementos disponibles para que los especialistas elaboren el peritaje con el cual se determinarán las causas del accidente en que ocho personas perdieron la vida el viernes, entre ellas el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora.

La Procuraduría General de la República (PGR) inició la averiguación previa AP/PGR/ DDF/DF/SZS/2475/2011 para investigar lo ocurrido en territorio del municipio de Chalco, y establecer si alguna causa ajena al pilotaje o las condiciones mecánicas de la nave provocó la caída. La indagatoria se abrió sin considerar ninguna causa probable o delito, hasta el momento.

Los trabajos de reconstrucción de los hechos, así como la recolección de materiales y las labores de criminalística, mecánica, criminología, fotografía, mecánica de hechos, aeronáutica y otras especialidades forenses se desarrollan en el sitio del impacto, con personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de la PGR, en el paraje donde cayó la aeronave.

De acuerdo con la información recabada con funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional, la nave no contaba con cajas negras, por lo que no existen registros de voz de la tripulación en sus últimos momentos de vuelo.

Las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional no obligan al gobierno mexicano a instalar esos aparatos, que podrían esclarecer las causas del percance y determinar si hubo alguna falla humana o mecánica.

Lo anterior, a pesar de que ya son dos los secretarios de Estado fallecidos en accidentes de helicóptero: Ramón Martín Huerta, quien era titular de Seguridad Pública y murió en septiembre de 2005, y ahora Blake.

En ambos casos los reportes meteorológicos indicaban la existencia de bancos de niebla en las rutas de trasladado, el primero de la ciudad de México al penal de máxima seguridad que se localiza en el municipio de Almoloya de Juárez, y el segundo del Distrito Federal a Cuernavaca.

En ambos casos los pilotos, a decir de las autoridades, cambiaron la ruta original y buscaron una alterna, que concluyó con los percances.

Sobre los sucesos del pasado viernes, funcionarios que participan en las investigaciones señalaron que “no descartan ninguna posibilidad, incluyendo una posible falla mecánica, relacionada con problemas en los motores o los trenes de potencia, ya que los testimonios que recogen algunos medios de comunicación (La Jornada entre ellos) mencionan un fuerte tronido antes de precipitarse a tierra, lo que podría indicar falla en los compresores”.

Una vez que los restos del fuselaje que existan en la zona del percance se recuperen, serán trasladados a un hangar de la PGR o la SCT para el reacomodo de piezas, como si se tratara de armar un rompecabezas, para continuar con las investigaciones, como ocurrió en el caso de Ramón Martín Huerta.