Morelia, Mich., 14 de noviembre. Fausto Vallejo Figueroa, quien recuperó para el PRI la gubernatura de Michoacán después de una década de perredismo, espera del presidente Felipe Calderón una relación de respeto que ponga fin al episodio de confrontación, y confía en que la respuesta a la derrota de su hermana Luisa María no se traduzca en una revancha política.

En entrevista, el priísta admite que debe modificarse la guerra contra la delincuencia organizada –que el Presidente inició aquí– y que se aplica con buenos deseos, pero no es sólo con buenos deseos como habrá resultados. No obstante, define que ello no implica sacar de inmediato a los militares de la entidad.

Hay que ajustarla, tropicalizarla, porque no es lo mismo el combate a la delincuencia en el norte que en el sur, o que aquí en Michoacán, que tiene otros elementos, afirma.

–¿Tropicalizarla? ¿Eso cómo es? –se le pregunta.

–Adaptarla a las circunstancias de Michoacán.

Acusado por PAN y PRD de tener el respaldo de grupos criminales, Vallejo devuelve que es la misma táctica utilizada en Jalisco y Quintana Roo, con los ex candidatos Arturo Zamora y Gregorio Sánchez. Ahí está mi expediente. No soy un político con lujos ni me he enriquecido de golpe y porrazo, ataja.

–El eje de su discurso es la reconciliación. ¿Ésta pasa también por Los Pinos?

–Tiene que ser transversal, con todos los órdenes de gobierno. Ofrezco respeto a la Federación y a los municipios, pero también me gusta que me respeten.

–¿Espera que cambie la actitud del presidente Felipe Calderón hacia el próximo gobierno de Michoacán?

–El Presidente debe actuar como mexicano y michoacano. Debemos establecer relaciones de mucho respeto y, por qué no, de concordia.

–Calderón apretó al gobierno de Leonel Godoy. ¿Debe cambiar el trato económico y político en el último tramo del sexenio calderonista?

–En todos los órdenes: en materia de seguridad, financiera, salud y educación, donde hay pendientes. Hay que restablecer relaciones con la Federación.

–¿Qué responde a PAN y PRD, que lo señalan de recibir el respaldo de grupos fuera de la ley?

–No quiero pensar en eso. Mi trabajo es hacia adelante y no quiero caer en distracciones. Si hay algo, las autoridades lo deben señalar, y preciso que ningún partido de ningún gobierno debe cobijar a gente ligada con la delincuencia, pero siempre y cuando se tengan los elementos. Que no los inventen.

–El PRD y Luisa María Calderón hablan de un narcoestado.

–Yo les recuerdo a los dos el michoacanazo: todos están libres.

“No se vale judicializar esto, porque habrá que recordar lo sucedido en Jalisco con el que fue candidato del PRI (Arturo Zamora), y en Quintana Roo (Gregorio Sánchez, del PRD); surgen acusaciones de esta naturaleza y no se vale.

“Tengo certidumbre en mí mismo. La población me conoce: no soy un político con lujo, que se haya enriquecido de golpe y porrazo, como muchos. Ahí está mi expediente, mi actuar, mis relaciones, mis cuentas, mis gastos.

“Empezaron por descalificar a uno de mis hijos con una guerra negra, sucia, ruin, miserable que no prosperó. Pero no me puedo detener en eso, voy hacia adelante.”

–¿Cómo va a responder a sus compromisos con una deuda de 13 mil millones de pesos?

–Ése va a ser el reto. Vamos a recortar el gasto corriente, aplicar reingeniería en la administración. Estirar cada peso y, al mismo tiempo, hacer las gestiones con la Federación.

Fausto Vallejo plantea que la reconciliación en Michoacán también debe lograr la paz en un estado en el que la inseguridad se coló, pero que también enfrenta rezagos educativos y de inversión.

–El combate al crimen organizado también afectó la economía del estado. ¿Tiene que cambiar la estrategia?

–Creo que sí, (porque) ha habido buenas intenciones, pero esto no se combate así.

–¿Espera una revancha del Presidente?

–Espero que no. Es michoacano, es el Presidente de la República, de todos los mexicanos. Confío en que en el último tramo de su administración las cosas marchen mejor para Michoacán.

–¿Se debe mantener al Ejército y a las fuerzas federales en el estado?

–Hay que revisar estrategias. Esas decisiones no se toman de bote pronto, ni es tema de discurso de resultados. A lo mejor lo que hay que hacer es revisarla, pero tropicalizarla.