Indignados, maestros y el sector salud rechazan ola de recortes
Viernes 18 de noviembre de 2011, p. 32
Madrid, 17 de noviembre. En la recta final de la campaña electoral de cara a los comicios del próximo domingo, los maestros de enseñanza pública, trabajadores de la sanidad y el plural movimiento de los indignados mantienen las movilizaciones de protesta ante la ola de recortes que inunda a Europa y ante los estragos de la crisis económico en la sociedad. Este jueves, en Madrid, decenas de miles de maestros, estudiantes y padres de familia salieron a las calles para defender lo que consideran un pilar del Estado del bienestar: la enseñanza pública y universal, seriamente amenazada por el gobierno conservador.
El próximo domingo, España elegirá a su nuevo Parlamento y a su nuevo presidente de gobierno. Las encuestas señalan que ganará el aspirante de la derecha, Mariano Rajoy, quien fue mano derecha del ex mandatario José María Aznar. El derechista Partido Popular (PP) obtendrá, según todos los sondeos, una mayoría absoluta aplastante, mientras que el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, obtendrán los peores resultados de su historia.
La proximidad de la fecha electoral también ha activado a la revolución de los Indignados que acaparó las portadas de los periódicos de todo el mundo en mayo pasado contra los estragos del capitalismo neoliberal y los excesos de la banca, el sistema político y la clase empresarial.
La última demostración de fuerza de los indignado españoles fue el pasado 15 de octubre, cuando salieron a las calles de 82 países varios millones de personas, todos con el mismo mensaje de repudio al sistema financiero y de exigencias de reformas a una democracia que consideran insuficiente y poco transparente.
Una de las principales organizaciones del movimiento de los indignados españoles es Democracia Real Ya, misma que convocó una vigilia de reflexión
para el próximo sábado, en la Puerta del Sol, en la que se prevé la participación de miles de personas para reiterar su malestar ante la clase política española, sobre todo contra los dos partidos mayoritarios y el modelo del bipartidismo impuesto por la propia legislación. Tal como ocurrió en la noche previa a las elecciones municipales y autonómicas del pasado 22 de mayo, en la que decenas de miles de personas protagonizaron una vigilia.
A los indignados ahora se han sumado el sector de la enseñanza pública, especialmente maltratado en Madrid y Valencia -ambas comunidades gobernadas por la derecha-, con severos recortes, despidos masivos de profesores y, de forma simultánea, la aprobación de reformas fiscales para beneficiar a la enseñanza privada. Éstas fueron las críticas de la multitudinaria protesta que recorrió las calles de Madrid, con sus simbólicas camisas verdes, a la que también se sumó un nutrido contingente de universitarios, padres de familia y alumnos. La manifestación fue el colofón de una nueva jornada de paro laboral, que tuvo un seguimiento del 60 por ciento, según los sindicatos.
Bajo el lema La educación no es gasto, es inversión. No a los recortes
, los manifestantes criticaron al gobierno de la ultraconservadora Esperanza Aguirre, en la Comunidad de Madrid, pero también advirtieron de la amenaza que supone un nuevo gobierno del PP, y máxime con la mayoría absoluta que se prevé en todos los sondeos.
También hubo protestas en la defensa de la educación pública en Cataluña, Andalucía, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia y Aragón. Unas protestas que se hermanan con las que están protagonizando en las últimas semanas los miles de doctores, enfermeros, anestesistas y administrativos de la sanidad pública, que también están en pie de guerra ante la ola de recortes, que ya están afectando a la atención de los pacientes y deteriorando el sistema de salud pública.
Por eso, gane el PP o el PSOE, tanto los indignados, los profesores como los médicos advirtieron que las movilizaciones continuarán después del 20 de noviembre.