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El arte de Escher en el Munal
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de noviembre de 2011, p. 7

Sintetizar mundos distintos en una sola propuesta plástica es una de las máximas cualidades de la obra del artista holandés Maurits Cornelis Escher (1898-1972), expresa Adolfo Mantilla, jefe de investigación del Museo Nacional de Arte (Munal).

Hoy, a las 19 horas, en el recinto de Tacuba 8, Centro Histórico, será inaugurada la exposición Escher y sus contemporáneos, que reúne 85 obras provenientes del Rijksmuseum Amsterdam, 70 son del conocido grabador y las restantes de su maestro Samuel Jessurun de Mesquita, su amigo Lou Strik y G.W. Dijsselhof, vinculado éste con la renovación de las artes aplicadas en los albores del siglo XX en Holanda, con la finalidad crear diálogos formales o temáticos con artistas que lo antecedieron, coincidieron con él en su momento o posteriores.

Lectura novedosa

En 1994, el Museo Franz Mayer montó una exposición de M.C. Escher. Sin embargo, la propuesta del Munal consiste en generar una lectura desconocida o novedosa a partir de la exhibición de la obra de un artista conocido.

Dividida en cinco núcleos temáticos, el primero, Los mundos del artista, permite ver que por más genial que haya sido, Escher no salió de la nada. De allí la idea de contrastar una obra suya, muy tradicional, por cierto, con otra de su maestro en la Escuela de Arquitectura y Artes Gráficas de Haarlem.

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Obra de Maurist Cornelis Escher incluida en la exposición que hoy se inaugura en el recinto de Tacuba 8, Centro HistóricoFoto Cortesía del Munal

En el apartado Las formas vivas de la naturaleza, Escher retomó de Samuel Jessurun de Mesquita el tratamiento delicado de las formas de ese ámbito.

Cumplida la formación primera, la sección Paisajes reales e imaginarios comprende obra a partir de 1920, cuando Escher inició sus viajes sobre todo a Italia y España, y empezó a construir una serie de paisajes en los que ya hay atisbos de una fantasía, de una transformación de la perspectiva, fundamentales en la segunda etapa de su obra. Es decir, ver el mundo desde un lugar excéntrico.

Los últimos dos núcleos, Geometría, decoración e infinito y Perspectivas fantásticas, incluyen obra de los periodos de Escher más conocidas para el espectador.

Mantilla hace hincapié en la contemporaneidad del artista holandés, debido a que frente a su obra el público no está conminado a ser un espectador contemplativo, sino un actor que participa en la construcción y codificación de la misma.