El Cairo, 23 de noviembre. Las calles del centro de esta capital se convirtieron este miércoles por la noche en un campo de batalla, cuando manifestantes que pasaron la noche en la plaza Tahrir (Libertad) para exigir el fin del gobierno militar egipcio, se enfrentaron con la policía antimotines. Piedras, gases lacrimógenos, bombas molotov y disparos fueron lanzados por ambos bandos cerca de edificios gubernamentales.

Tras seis días de violencia, con más de 30 muertos y cuatro jornadas antes del inicio de una elección parlamentaria, no había indicios del fin de la confrontación entre los gobernantes militares y los liberales que exigen la instauración de una administración civil interina como paso necesario tras la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak en febrero.

Los manifestantes se burlaron de un acuerdo forjado el martes por el consejo militar gobernante y partidos principalmente islamitas para una transferencia más rápida al gobierno civil.

Ambulancias se llevaban a las víctimas y el humo llenaba el lugar debido al fuego encendido por los jóvenes. En una clínica improvisada, el doctor Tarek Salem dijo que cuatro personas fallecieron en el lugar el miércoles, dos por heridas de bala y las otras dos por asfixia.

La Organización de Naciones Unidas denunció hoy el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes en Egipto.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió además una investigación sobre la represión de protestas civiles en ese país árabe, según una nota de prensa distribuida en la sede del organismo mundial en Nueva York.

El comunicado hace referencia a reportes que informan sobre la muerte de 30 personas durante los ataques de autoridades contra manifestantes que exigen la salida del régimen castrense y la instalación de un gobierno civil.