Ultimátum al presidente saliente para solucionar la crisis de poder
Jueves 1º de diciembre de 2011, p. 26
Moscú, 30 de noviembre. La vencedora de las elecciones presidenciales en Osetia del Sur, Alla Dzhioyeva, dio este miércoles un día de plazo al presidente saliente, Eduard Kokoiti, para que solucione la crisis de poder en esta región que forma parte de Georgia y cuya independencia reconocen Rusia, su gran aval financiero y militar, y unos pocos países más.
Dzhioyeva ofreció a Kokoiti garantías de inmunidad y exigió que derogue la decisión de la Suprema Corte, que invalidó ayer los resultados de la votación del pasado domingo, y ordene la publicación del acta final de la Comisión Central Electoral para que entre en vigor.
La Suprema Corte de Osetia del Sur anuló las elecciones presidenciales, que dieron un claro triunfo a Dzhioyeva, ex ministra de Educación, erigida por las circunstancias en líder de la oposición, con 16 puntos de ventaja sobre el candidato oficialista Anatoli Bibilov, no obstante el abierto respaldo que éste recibió del Kremlin –foto incluida con el presidente ruso Dimitri Medvediev– durante la campaña.
Tras detectar supuestas irregularidades y violaciones a la legislación electoral en favor de la ganadora, los jueces convocaron la repetición de los comicios en marzo de 2012 y prohibieron a Dzhioyeva postularse de nuevo.
Así hubieran quedado las cosas, de no ser por los miles de seguidores de Dzhioyeva que salieron hoy a protestar en las calles de Tsjinvali, mientras su líder se presentó en la Comisión Central Electoral para obtener una copia del acta final con los resultados de la votación, que para las autoridades suorosetias carece de fuerza legal por la anulación de la Suprema Corte.
Segura de haber triunfado –con 56 por ciento de los votos frente a 40 por ciento de Bibilov–, Dzhioyeva llamó inconstitucional la decisión de la Corte y se proclamó presidenta electa de Osetia del Sur.
Nosotros no violamos la ley. Tenemos en nuestro poder el acta final del escrutinio y exigimos su inmediata publicación
con lo cual entraría en vigor, afirmó ante sus partidarios, reunidos junto a la sede del gobierno surosetio en señal de protesta.
Dzhioyeva, hasta ahora, contiene los ánimos de sus seguidores para evitar un baño de sangre. Mediante la desobediencia civil quiere obligar al gobierno de Kokoiti a reconocer su triunfo en las urnas.
No es claro que Kokoiti, sintiéndose apoyado por el Kremlin y el ejército ruso –el cual por ahora se mantiene al margen del conflicto–, esté dispuesto a dar marcha atrás y admitir el sonado fracaso electoral del oficialismo.
Esta tarde hubo momentos de tensión cuando la policía disparó al aire para alejar a los inconformes que pretendían irrumpir en la sede gubernamental, y mañana vence el ultimátum a Kokoiti.