Pakistán, 10 de diciembre. El segundo al mando de los talibanes de Pakistán, que desde hace cuatro años luchan contra el gobierno de su país, informó que los dos bandos sostienen pláticas de paz, un hecho que podría afectar aún más los lazos entre Estados Unidos y Pakistán.

Nuestras conversaciones van en la dirección correcta, dijo Maulvi Faqir Mohamad, comandante de los talibanes paquistaníes en la tribu Bajaur y segundo al mando de los insurgentes islámicos en la región.

Si las negociaciones tienen éxito y logramos firmar un acuerdo de paz en Bajaur, entonces el gobierno y los talibanes de otras zonas como Swat, Mohamand, Orakzai y Waziristán del Sur firmarán un acuerdo. Bajaur será un modelo a seguir por otras zonas, señaló el líder rebelde.

A finales de septiembre, el gobierno de Pakistán prometió dar una oportunidad a la paz y hablar con sus militantes locales, pero por ahora no hubo comentarios de la administración paquistaní sobre si había o no negociaciones.

Es poco probable que Estados Unidos, fuente de miles de millones de dólares de financiamiento para el ejército de Pakistán y su economía, vea con buenos ojos el diálogo de paz con el Tehrik-e-Taliban de Pakistán (TTP, por sus siglas en inglés), catalogado por el Departamento de Estado estadunidense como grupo terrorista.

Mohamad dijo que el gobierno se ha dado cuenta que no hay una solución militar para el conflicto armado en Pakistán.

No deseamos luchar contra nuestras propias fuerzas armadas y destruir nuestro propio país, sostuvo. Ha habido avances en nuestras conversaciones de paz, pero el gobierno tendrá que mostrar más flexibilidad en su postura y restaurar la confianza de los talibanes liberando a todos sus prisioneros y poniendo fin a las operaciones militares contra ellos, aseveró.

Afirmó que Pakistán liberó a 145 miembros del grupo como gesto de buena voluntad y que los militantes prometieron un alto el fuego. Añadió que su país y el vecino Afganistán deberían unirse contra la ocupación extranjera.

El TTP, aliado con el movimiento de los talibanes afganos que luchan contra los ejércitos de ocupación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Afganistán, está muy arraigado en las zonas rebeldes a lo largo de la porosa frontera común.

En el pasado, los pactos con el TTP no han logrado generar estabilidad en esa conflictiva región, pero la organización insurgente ganó tiempo y espacio para consolidarse, lanzó nuevos ataques e impuso una estricta interpretación del Islam entre la población.