Jueves 15 de diciembre de 2011, p. 3
Londres, 14 de diciembre. El primer ministro británico, David Cameron, aseguró no arrepentirse de su veto a los cambios en el tratado de la Unión Europea (UE) decididos en la última cumbre del bloque, entre los llamamientos a retomar las negociaciones.
Precisó ante el Parlamento que no se disculpará por defender los intereses de su país en la cumbre del pasado jueves y viernes, en la que se convirtió en el primer líder británico en utilizar su veto en la UE.
Así, defendió su veto a un nuevo tratado europeo para salvar al euro como la respuesta correcta
a la negativa de sus socios a aceptar unas exigencias modestas
, pero insistió en que el Reino Unido sigue en la Unión Europea (UE).
La elección era un tratado sin las salvaguardas adecuadas o ningún tratado, y la respuesta correcta fue ningún tratado
, declaró Cameron en una animada comparecencia en la Cámara de los Comunes, donde brilló por su ausencia el viceprimer ministro, el liberal demócrata Nick Clegg, tras haber criticado públicamente la posición del jefe de gobierno. No fue una cosa fácil de hacer, pero fue correcta
, agregó bajo las aclamaciones de los diputados conservadores.
Calificó de modestas, razonables y relevantes
las salvaguardas que pidió a sus socios europeos para proteger los intereses británicos, que buscaban esencialmente proteger la City de Londres, principal centro financiero del mundo junto con Nueva York.
Acusado por otros dirigentes europeos, la oposición e incluso su socio minoritario en la coalición gubernamental de haber tomado esta decisión para contentar a la importante ala euroescéptica de su partido, Cameron afirmó que la no aceptación del acuerdo no significaba que el Reino Unido dejara de formar parte de la UE.
El tratado alcanzado entre los otros 26 países del bloque tiene el objetivo de reforzar la disciplina fiscal de la eurozona.
La declaración de que el Reino Unido sigue en la UE frenó un poco el entusiasmo de los halcones conservadores, que desearían que se organizara un referéndum sobre una salida de la unión o al menos una renegociación de las condiciones de adhesión que repatriara poderes a Londres, lo que el premier británico hasta ahora descarta.
Pero Cameron debe lidiar también con una nueva amenaza para su coalición gubernamental, al día siguiente de que Clegg estimara que el veto ponía al Reino Unido en riesgo de quedar aislado y marginado
dentro de la UE.
Clegg explicó posteriormente su ausencia diciendo que su presencia en la Cámara de los Comunes al lado de Cameron hubiera sido una distracción
. El líder liberaldemócrata reafirmó en una entrevista con la cadena Sky News que, aunque discrepaba claramente
del primer ministro en esta cuestión, la coalición está aquí para quedarse
hasta 2015.
En su incisiva intervención ante los diputados, el líder del opositor Partido Laborista Ed Miliband acusó al primer ministro de haber ejercido el primer veto de la historia que no ha parado nada
y de haber abandonado a los británicos en beneficio de su propio partido.