El arte es una actividad que debe tomarse mucho más en serio, consideró en entrevista
juniors de la cultura, plantea Silva Lombardo
Expone Silva, piedra, metal y madera en el Museo Casa León Trotsky, en Coyoacán
Sábado 17 de diciembre de 2011, p. 5
Los artistas necesitamos ser pagados por el trabajo e incorporados a la vida real, no segregados como una especie de juniors de la cultura, para que así cada quien haga lo que quiera, de manera libre
, expresa el escultor Federico Silva Lombardo (México, Distrito Federal, 1953), quien incluso piensa que el sistema de becas ha sido más dañino que benéfico para el arte nacional
.
Entrevistado con motivo de su exposición Silva, piedra, metal y madera, de 13 piezas dispuestas como instalaciones, abierta en el Museo Casa León Trotsky (avenida Río Churubusco 410, colonia Del Carmen, Coyoacán), el también arquitecto reconoce que la libertad tiene su precio y el arte requiere de disciplina, pero el estímulo está en el momento en que empieza a ser importante para los demás
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Domina la pequeña sala Semilla un móvil de acero al carbón, que evoca el grano que cae y germina. Es un conjunto de obra paisajístico
, ya que “mi vida en Tepoztlán y la relación con la montaña es definitiva para el resultado en este caso. Es un conjunto concebido ya hace varios años y es de carácter más emocional e intuitivo que racional –su trabajo actual está más ligado a la ciencia. Sin embargo, guarda los principios que siempre he mantenido durante todo mi trabajo, de orden, equilibrio, simetría y movimiento.
Es el principio de la contradicción de la dualidad, la relación, digamos, violenta que el hombre establece con la naturaleza, violenta y tierna, un poco como dice la canción, pero son sistemas compositivos más que soluciones formales. Me interesa más la composición como incógnita que como resultado, y más la búsqueda que el encuentro. La solución formal es secundaria, igual que siempre, a lo largo de mi trabajo, la experimentación ha sido el recurso. Sí son conclusiones del proceso experimental que, como decía, es de motivo empírico y racional.
Todas las piedras empleadas en las obras provienen del cerro de Tepoztlán, una especie de “poveda natural. Recupero la temática, por ejemplo, del derrumbe, de la energía de la montaña. Reciclo las piedras y las espacializo. Está el caso de las piedras armadas, se llama Amilcingas, por la referencia a las normalistas de Amilcingo, una de las últimas escuelas rurales normalistas. Siempre viven en conflicto con la policía y utilizan las piedras como instrumento para evitar que pase por las carreteras. Entonces, armo las piedras de las amilcingas para evitar que pasen todavía más los policías. Es una especie de relación zapatista con las armas, las de madera, las simbólicas. Es lo que no se puede encarcelar. Es un juego simbólico de como la libertad no puede ser detenida”.
Acota: El arte no puede ser comercial, requiere de libertad. Hay una tendencia actual a la comercialización y a la frivolidad del arte en la toma de decisiones y en el manejo de los dineros dedicados a los museos y las galerías
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Una variedad de esculturas de Silva Lombardo se puede ver en los espacios abiertos de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ya que considera que el arte es una forma de conocimiento, una actividad útil, entonces, tendremos mucho que hacer en el arte en esta ciudad. Se ha exagerado en el uso de la escultura, se ha prostituido la escultura en México, y de repente todos se convierten en escultores, un poco por actitudes oportunistas. No es posible seguir ensuciando la ciudad o creyendo que el arte urbano es una especie no sólo de decoración, sino esta idea de la incorporación popular, de hacer un arte intelectualizado me deja muchas dudas. El arte es una actividad que debería tomarse de manera mucho más seria para el bienestar y el desarrollo intelectual del mexicano
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La exposición Silva, piedra, metal y madera coincide con otras dos que tiene el escultor actualmente, tanto en el Museo de las Ciencias de la UNAM (Universum), y en el exconvento de la Natividad en Tepoztlán.