Berlín/Madrid, 19 diciembre. El dominio mostrado en la conquista de su segundo título de la Fórmula Uno en 2011 y ser el bicampeón más joven de la historia convierten al alemán Sebastian Vettel en claro favorito para 2012 y para el resto de la década.

Michael Schumacher –figura omnipresente en la carrera de Vettel–, y sus siete títulos mundiales son la meta.

Incluso con la segunda copa de campeón del mundo en la mano, todo sigue siendo un poco irreal para Vettel. El año fue algo muy especial. Pasará algún tiempo hasta que me percate de todo, dijo el piloto de 24 años, cuyo rostro muestra aún la irrefrenable alegría por su temporada casi perfecta, así como por su veloz avance en los libros de récords.

Al final de un año de fábula, el alemán desea la calma y, como después del primer título en 2010, poder hacer de nuevo balance con cierta distancia.

Once victorias en 19 carreras, 392 de 475 puntos posibles, más la nueva plusmarca de 15 pole positions: un dominio así sólo lo exhibió Schumacher en sus tiempos de gloria.

Todo fue casi perfecto, de principio a fin, asegura el piloto de Red Bull. El 9 de octubre en Japón se aseguró su segundo título mundial, cuando faltaban cuatro carreras para el final.

Por otro lado, el piloto español Fernando Alonso, quien recibió en Madrid un premio, ceremonia a la que fue disfrazado de rey mago, regaló ilusión a los seguidores de Ferrari para la temporada 2012 y se mostró esperanzado en saborear victorias.

Asimismo, no desperdició la oportunidad y desafió a Vettel: Esto va por ciclos. Él tiene dos campeonatos, yo otros dos, pero ya veremos dentro de 10 años.