Uno de los primeros movimientos para recomponer el convenio de coalición parcial signado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con los partidos Verde y Nueva Alianza sería la primera fórmula por la senaduría de Sinaloa, originalmente concedida al grupo político de Elba Esther Gordillo y quien ya había definido para esa posición a su yerno, Fernando González Sánchez.

Ayer trascendió en el edificio central del PRI este movimiento y también que en la negociación habría intervenido directamente el candidato a la Presidencia por los tres partidos, Enrique Peña Nieto.

Apenas unos días después de haber renunciado como subsecretario de Educación Básica para definir una posición ciudadana con vínculos al PRI, PVEM y Nueva Alianza, González Sánchez se presentó –el 4 de diciembre– en la dirección estatal de este último a registrarse como aspirante al Senado. Lo hizo como parte de la coalición Compromiso por México.

Las crónicas periodísticas de Sinaloa recogen el entusiasmo manifestado por el ex funcionario del gobierno ante la oportunidad de obtener una candidatura de mayoría, porque eso le permitiría –indicó– recorrer su estado natal para buscar el voto de sus paisanos.

Sin embargo, la militancia priísta de Sinaloa nunca ha estado conforme ni anuente a aceptar esta cesión de la candidatura al Panal, entre otras razones por el desconocimiento que existe del yerno de Gordillo en aquella entidad, a quien algunos ubican como oriundo de Badiraguato y otros de Mocorito.

El ex aspirante presidencial y ex gobernador de Sinaloa, senador actualmente, Francisco Labastida Ochoa, fue uno de quienes con mayor énfasis transmitió la inconformidad de la militancia priísta de la entidad por los términos bajo los cuales pactó el ex presidente Humberto Moreira, la coalición con el PVEM y Panal.

Todavía están pendientes de resolución el rechazo de los militantes del Distrito Federal, Chiapas, Jalisco y Quintana Roo, por los términos de la coalición.

En los dos primeros, sobre todo, se trata ya de una auténtica rebelión, porque en la ciudad de México se han unido todas las corrientes antagónicas para manifestar su inconformidad, mientras que en la entidad chiapaneca, María Elena Orantes López amaga con renunciar al PRI si no se modifica la decisión de dar al PVEM la candidatura al gobierno del estado y al Panal la primera fórmula de la senaduría, precisamente con Maricruz Montelongo Gordillo, hija de la presidenta vitalicia del SNTE.