Tokio, 25 de diciembre. El gobierno de Japón aprobó el borrador de un presupuesto de 1.16 billones de dólares para el año fiscal que se inicia en abril próximo, confiando en frágiles maniobras para cumplir sus límites de préstamos y gastos, mientras espera encontrar voluntad política para apuntalar sus finanzas.

Los nuevos préstamos se mantendrán en los 44.2 billones de yenes de este año (565 mil millones de dólares) como estaba comprometido, pero excluyendo 2.6 billones de yenes en bonos para propósitos especiales, que serán captados por el fondo público de pensiones y repagados con un futuro incremento de impuestos.

Sin embargo, el partido gobernante aún tiene que alcanzar consenso sobre una políticamente impopular alza al impuesto a las ventas, recomendada por economistas y autoridades para controlar una deuda que es dos veces el tamaño de la economía de 5 billones de dólares, el peor nivel entre países industrializados.

El gasto general en el proyecto fue recortado por primera vez en seis años, pero sólo al apartar gastos de reconstrucción vinculados al terremoto y tsunami que afectaron en marzo al país. Analistas ven el presupuesto, en general, como expansivo en comparación con otras naciones industrializadas.