Descubridor del mejor corredor de todos los tiempos en México, Arturo Barrios, y formador de campeones mundiales juveniles, así como de medallistas olímpicos, panamericanos y centroamericanos en la marcha, Juan Hernández reprochó que nadie nos echa la mano porque hay entrenadores privilegiados por las autoridades.

El profe Juan había decidido retirarse, pero el gusto por seguir aportando sus conocimientos en niños y jóvenes lo hizo regresar de nuevo al deporte, al que ha dedicado más de la mitad de su vida, para ser el único entrenador en tener a la mejor exponente de la marcha femenil: Graciela Mendoza, quien a sus 48 años, sigue activa en las competencias.

Con su gorra y libreta de apuntes, el técnico trabaja por cuenta propia con un grupo de 14 andarines con proyección a la Olimpiada Nacional de 2012.

A veces los lleva a entrenar en el Bosque de Chapultepec o en la pista del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), los que transporta en su camioneta, paga gasolina y casetas cuando se trasladan al Nevado de Toluca o a los alrededores del estado de México.

Es la historia de Juan Hernández, la de siempre y la que no ve progresos en lo personal, porque en lo deportivo todo sigue igual y la piratería ha sido el cáncer en la marcha, ya que los andarines, una vez que pasan por sus manos, son seducidos por otros entrenadores y se van cuando dan resultados de alto nivel competitivo.

En su historial sobresalen los tres premios nacionales del deporte de sus alumnos (Barrios, Bernardo Segura y Chela), y uno más que ganó por su trayectoria hace más de 20 años.

“Ser entrenador es una profesión ingrata y nadie lo valora. Cuando un atleta de alto rendimiento gana, todo mundo se para el cuello, pero si son novatos nadie los toma en cuenta ni los apoyan.

No me gusta andar limosneando, ahí están mis resultados de hace años y si no los tengo ahora, no es porque no quiera, sino porque no hay apoyo. Llegan muchos entrenadores y vienen a piratean a los atletas, pero no los hacen, afirmó el preparador.

Hernández estuvo retirado de la marcha durante ocho años por falta de apoyos. Con la llegada de Nelson Vargas a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte a todos nos quitó el sueldo de 15 mil pesos que ganaban en la Federación Mexicana de Atletismo en los tiempos de Mariano Lara.

La invitación de Jorge Camacho, subdirector del Deporte de Alta Calidad y del fideicomiso Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA) lo hizo reflexionar y retornar a lo que me gusta y pago siempre con mi dinero para seguir formando cuadros de andarines.

En el circuito del CDOM, señala: “Aquí tuve a Barrios –cuando era un corredor novato–, a los hermanos Segura; a Bernardo lo preparé para el récord mundial de 20 kilómetros y a Jorge para ser campeón mundial juvenil.

“A (Carlos) Mercenario, que quería ser jugador de futbol americano pero le dije, ‘tú serás marchista’; a Alberto Cruz, otro monarca del mundo, y a Ignacio Zamudio, que también lo fue.”

Con Chela Mendoza al lado, el entrenador comentó que si la marcha varonil no repunta, en las mujeres estamos poquito peor, e incluso apuesta que si su alumna se prepara para los siguientes selectivos olímpicos, a su edad podría quedar entre las tres primeras.