Kabul, 3 de enero. Al menos 12 muertos –entre ellos cuatro niños y cuatro policías– y 28 heridos dejaron dos atentados en la sureña ciudad afgana de Kandahar, en tanto los rebeldes talibanes anunciaron este martes la apertura de una oficina en Qatar y se mostraron dispuestos a iniciar contactos con la comunidad internacional después de una década de insurgencia.

El primer atentado ocurrió durante horas de la tarde con saldo de cinco muertos, cuatro niños y un policía, y 16 heridos, tres de ellos miembros de la policía.

El atacante, que circulaba en una motocicleta por un bazar muy concurrido de la capital, se hizo explotar cuando llegó a un puesto de control policial. Los talibanes reivindicaron el atentado.

En el segundo ataque, un suicida que viajaba en una especie de triciclo hizo estallar el artefacto en el centro de la ciudad. Cuatro civiles y tres policías fallecieron, y hasta el cierre de esta edición ningún grupo se había adjudicado la autoría del atentado.

En tanto, los talibanes anunciaron la apertura de una oficina de enlace en Qatar y se mostraron dispuestos a iniciar contactos con la comunidad internacional.

Es el momento adecuado para tener una oficina fuera del país con el propósito de iniciar un diálogo, informó a los medios de comunicación el vocero insurgente Zabiullah Muyahid, quien no mencionó la posibilidad de comenzar conversaciones de paz.

Los talibanes mantuvieron su exigencia de que todas las tropas extranjeras salgan del país y aseguraron que continuarán con su actividad insurgente.

En los últimos meses hubo especulaciones sobre la posible apertura de la oficina, que debe servir de ayuda para entablar conversaciones de paz con Estados Unidos y el gobierno de Afganistán.

La oficina de los talibanes está considerada por funcionarios occidentales y afganos como un paso fundamental para poner fin de forma negociada a una década de guerra civil en Afganistán.

El Alto Consejo de la Paz, organismo creado por el presidente afgano Hamid Karzai para buscar un acercamiento con los talibanes, expresó su beneplácito, mientras Estados Unidos indicó que los rebeldes deben abandonar la violencia como condición previa al lanzamiento de un proceso de paz.