Nuestra economía ha mostrado una elevada fragilidad ante las crisis internacionales, los programas sociales instaurados durante la vigencia del modelo neoliberal han tenido escasa efectividad y no se han sentado las bases para un desarrollo sostenido del empleo, por lo que la falta de trabajo está azotando zonas donde antes era impensable, como las regiones exportadoras.

Entre ellas, están Saltillo, Hermosillo y Monterrey, con promedios que han llegado hasta 7 y 7.6 por ciento de desempleo, los más altos del país; también padecen esta situación industrias como la maquiladora, que en otras épocas fue generadora de trabajo.

La investigadora del Colegio de México, Araceli Damián, plantea lo anterior en su informe titulado Crisis, empleo y pobreza, en el que señala que actualmente hay una desvalorización de la fuerza de trabajo provocada por las políticas neoliberales, una expansión de la demanda de bienes de consumo por medio del endeudamiento de familias y mayor concentración monopólica del capital.

En México, la era neoliberal se ha caracterizado por una casi permanente recesión provocada por la búsqueda a ultranza de los equilibrios fiscales y la implementación de políticas procíclicas. Ante ese panorama las condiciones de empleo se han deteriorado, la flexibilidad laboral alcanza niveles nunca antes vistos y, por tanto, los hogares se enfrentan a una mayor vulnerabilidad ante la crisi económica, situación que tiende a profundizarse, añade la investigadora en su análisis.

Según hizo ver, el desempleo ha sido la constante del sexenio, y la tasa de generación de trabajo ha sido muy baja; hay datos contrastantes, ya que por ejemplo, en amplios periodos del régimen la tasa desempleo masculina ha sido más elevada que la femenina.

Además de que se dio un súbito crecimiento de la pobreza en zonas urbanas de manera preocupante, porque son las menos protegidas por el gobierno federal mediante programas de apoyo como Oportunidades, señaló la investigadora.