Son insuficientes las medidas para enfrentar la crisis en la zona, aduce la calificadora
Se trata de Italia, España, Portugal, Chipre, Francia, Austria, Malta, Eslovaquia y Eslovenia
Responden ministros de Finanzas: Hay acciones de largo alcance y se aceleran reformas
Sábado 14 de enero de 2012, p. 23
Berlín, 13 de enero. El viernes resultó de mala suerte
para Europa, luego de que la agencia Standard & Poor’s (S&P) rebajó la calificación crediticia a nueve países de la zona y despojó a Francia y a Austria de su nota soberana AAA.
Las acciones de calificación de hoy son impulsadas principalmente por nuestra evaluación de que las iniciativas políticas que han sido adoptadas por las autoridades europeas en semanas recientes podrían ser insuficientes para abordar completamente la actual tensión sistémica en la zona euro
, manifestó S&P en un comunicado.
Rebajó las calificaciones de Italia, España, Portugal y Chipre dos escalones, mientras las de Francia, Austria, Malta, Eslovaquia y Eslovenia, uno. La medida pone a Italia en el mismo nivel BBB+ que Kazajistán, y a Portugal en categoría basura
.
La agencia colocó a 14 estados de la zona en panorama negativo –para una posible mayor rebaja–, incluyendo a Francia, Austria, Finlandia, Holanda y Luxemburgo, que conservan la nota AAA. Alemania mantuvo su calificación AAA, con panorama estable.
Tras una reunión de emergencia con el presidente francés Nicolas Sarkozy, el ministro de Finanzas, Francois Baroin, aminoró el impacto de la rebaja a la segunda economía del bloque, por vez primera desde 1975. Esto no es una catástrofe. Es una calificación excelente. Pero no son buenas noticias
, comentó al canal de televisión France 2. Añadió que el gobierno no responderá con mayores medidas de austeridad.
Los ministros de Finanzas de la eurozona respondieron en un comunicado conjunto que habían instrumentado medidas de largo alcance
en respuesta a la crisis de deuda soberana y que estaban acelerando las reformas hacia una unión económica más fuerte.
S&P dijo que la zona euro enfrenta tensiones, que incluyen condiciones crediticias más ajustadas, elevadas primas de riesgo para un creciente número de deudas soberanas y débiles perspectivas de crecimiento económico.
La agencia también argumentó obstáculos políticos para una solución de la crisis, debido a una abierta y prolongada disputa entre autoridades europeas sobre el enfoque apropiado para enfrentar los desafíos
.
La austeridad y la disciplina fiscal por sí mismas no fueron suficientes para enfrentar la crisis de deuda y se corrió el riesgo de que se volvieran autodestructivas, aseveró S&P.
El ministro de Defensa alemán, Wolfgang Schaeuble, bajó el tono a la noticia, al afirmar que en meses recientes hemos llegado al acuerdo de que los juicios de las calificadoras no deben ser sobrevalorados
.
Más tarde el gobierno alemán anunció que tomó nota
de la medida de S&P, según una declaración del Ministerio de Finanzas alemán emitida en Berlín. Añadió: Con la implementación de las decisiones adoptadas en la cumbre de diciembre y con el acuerdo de reglas fiscales concretas en un tratado vinculante, las finanzas de los países miembro de la eurozona serán estabilizadas de forma duradera
.
Una fuente del gobierno español sostuvo que la degradación de la nota se debe a una herencia del pasado
y que su objetivo es recuperar el potencial de crecimiento de la economía
. Mientras, el gobierno italiano externó su determinación de avanzar con las reformas del Estado.
S&P advirtió a mediados de diciembre pasado sobre la medida a varios países europeos. Moody’s y Fitch, las otras dos grandes calificadoras, mantienen a Francia la AAA.
Los efectos
La primera consecuencia podría ser un aumento de las tasas de los títulos de deuda soberana, de los que recelan ya los mercados. En el caso de Francia se traduciría en un alza de 4 por ciento de los bonos a 10 años. Actualmente, París toma prestado al 3.2 por ciento de interés.
Un repunte de los intereses que los estados tienen que ofrecer para financiarse conduce a un alza de la deuda y reduce el margen de maniobra de los gobiernos.
Los bancos podría verse afectados, porque utilizan las obligaciones soberanas como garantías para obtener fondos en los mercados financieros, mismas que les costarán más.
Los bancos tratarán de repercutir ese sobrecosto en los créditos o restringirán su oferta de éstos, lo que perjudicará a empresas y particulares.