Saltillo, Coah., 15 de enero. La estrategia anunciada por el gobierno de Coahuila para buscar y encontrar a unas mil 660 víctimas de desaparición forzada es un buen propósito, pero lamentablemente se va a enfrentar a una corrupción estructural, afirmó el obispo de Saltillo, Raúl Vera López.

Aseguró que aun con retenes policiales y militares en carreteras está vigente el secuestro y el tráfico de jóvenes que podrían ser obligados a servir a grupos criminales. Tenemos datos no comprobados, pero serios, de personas que son llevadas en camiones; hay datos de que es gente que está prácticamente en campos de concentración. Existen testimonios de gente que ha escapado, sólo que no es información que pueden manejar y no vamos a hacer el papel de policías, denunció.

Dijo que mediante el área de derechos humanos de la diócesis, y de la asociación civil Fuerzas unidas por nuestros desaparecidos en Coahuila (Fundec), se han documentado unos 220 casos de desaparecidos, que las autoridades no han encontrado.

La mayor parte de las personas que tenemos reportadas están en edad de trabajo, entre 18 y 30 años. Hay indicios de que a esas personas las obligan a trabajar en sus negocios, mencionó en entrevista colectiva, tras dar misa en la catedral de Saltillo.

Ante la pregunta de si los utilizan como sicarios respondió: no necesariamente; también (en) la producción. Hoy en día hay producciones (de drogas) artificiales y de cultivo.

–¿El crimen organizado absorbió a los desaparecidos?

–No todos los casos, pero tenemos indicios, no pruebas de esto: por eso se tiene que investigar”.

El sábado, el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez, presentó a Fundec un plan para ubicar a unos mil 660 desaparecidos en el estado, entre los que se encuentran los 220 que el organismo ha procurado.

El plan incluye revisión de partes policiales y médicos; documentos oficiales, así como recorridos por centros penitenciarios, hospitales, cementerios y lugares que pudieron ser utilizados por delincuentes para inhumaciones clandestinas.

Migración indigna

En el marco de la jornada mundial del migrante y el refugiado, celebrada este domingo, el obispo aseguró que el valor de la dignidad humana no está presente en los intereses de un sistema económico mundial basado en la avaricia y en el capital especulativo que genera desigualdades cada vez más hondas, y la gente, en los espacios donde no hay modo de tener el mínimo de la vida digna, tiene que emigrar.