Para combatir realmente la pobreza en México es urgente cambiar el modelo económico vigente, apostar por el mercado interno, elevar el poder adquisitivo de los trabajadores, generar empleos y que la economía nacional no dependa en gran medida de Estados Unidos, aseguraron académicos universitarios.

Un reporte elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) revela que en el país hay 17 millones de jóvenes y 32 millones de menores que viven algún tipo de miseria. Del total de pobres mexicanos, agrega el documento, 56 por ciento son mujeres.

El CAM –formado por Luis Lozano, Irma Otero, Nallely Vázquez, David Lozano y Javier Lozano Tovar– ha realizado diferentes cálculos para determinar el número de pobres en el país con base no sólo en los parámetros oficiales, sino a partir del análisis del número de personas que viven en un hogar, el nivel de ingresos, los productos y servicios que pueden adquirir, así como el acceso a vivienda, educación y salud.

Con base en ello, el reporte afirma que en México 75 millones de personas no tienen la capacidad adquisitiva para alimentos y servicios básicos.

Los académicos de la FE señalan en el análisis que México ocupa el penúltimo lugar en América Latina en poder adquisitivo. Si bien el país es uno de los que presentan menor nivel de inflación en la región latinoamericana, eso no implica que haya mejor nivel adquisitivo, y en consecuencia la pobreza es mayor.

Para revertir la crisis de miseria que azota al país enfatizan en la necesidad de cambiar el actual modelo económico o de lo contrario la situación de miles de mexicanos empeorará. Si este año no se realizan reformas adecuadas, el número de pobres crecerá; en el caso de jóvenes y mujeres podría llegar hasta 5 millones más con algún grado de pobreza.

María de la Luz Arriaga, académica de la Facultad de Economía y experta en el tema, aseveró que el mínimo crecimiento económico, el creciente deterioro en los salarios y en la generación de empleos y la precarización en acceso a derechos sociales son algunas de las causas que han agudizado la pobreza.

A partir de la década de los 80, subrayó, la movilidad social se ha perdido y hoy se puede afirmar que muchas familias viven una pobreza que se reproduce generacionalmente. Esto debido a un modelo económico altamente excluyente y que beneficia la acumulación de la riqueza en unos cuantos.

Además, la economía nacional es vulnerable debido a que depende 85 por ciento (en importaciones y exportaciones) de Estados Unidos. Consideró que no se debe atacar la pobreza extrema, sino la riqueza extrema, con lo que habría una mejor distribución de los recursos.

Tiene que haber un cambio radical si realmente se quiere resolver esta problemática. Hay que desarrollar el mercado interno, y esto no quiere decir que sólo se apueste por la producción nacional, sino también por el consumo, y para eso debe haber salarios y empleos.