Suprimir la difusa línea entre arte, ciencia y tecnología es uno de los rasgos esenciales del quehacer artístico de Ruth Aguirre Velasco, lo cual refrenda en la instalación Fronteras vulnerables, que hoy será inaugurada en la estación Juárez de la línea 3 del Metro, a manera de homenaje.

La también compositora y fagotista –fallecida en septiembre pasado, a los 27 años– se valió de principios matemáticos, la robótica, la música, el video y diversos artefactos tecnológicos para crear una pieza no sólo de naturaleza artística, sino también educativa y social.

Mediante esa instalación, se propuso mostrar patrones de conducta muy arraigados en la cultura mexicana, relacionados con la transgresión de las normas establecidas para mejorar la convivencia.

Ejemplos de lo anterior pueden observarse día a día en las estaciones del Metro, donde los usuarios infringen diferentes disposiciones, al pasar por andenes prohibidos, rebasar la línea amarilla y no respetar la zona exclusiva para mujeres y niños.

Por esa razón, Ruth Aguirre Velasco eligió ese sistema de transporte colectivo como el espacio idóneo para su creación, según consta en el proyecto con el que obtuvo la beca de Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

Interés por llevar arte al público

Uno de los objetivos de montar Fronteras vulnerables en ese espacio –donde se mantendrá hasta el 29 de enero– es “que el arte contemporáneo, reservado a las clases ‘más educadas’, sea accesible al público en general”, asentó la artista en ese documento.

La instalación busca provocar, al primer contacto, curiosidad y deseos de conocer de dónde surge o qué significado tienen este tipo de obras, lo cual invitará a los usuarios a indagar en la cultura, la tecnología, el arte y la música.

Además del propósito artístico-cultural, existe también uno práctico-educativo: coadyuvar a que, con medios alternativos, se respeten lo señalamientos en sitios definidos, explicó Elizabeth Velasco, madre de la autora, quien se ha encargado de concretar el proyecto.

La obra consiste en un artefacto interactivo integrado por sensores, un dispositivo Mp3 para sistemas embebidos, cámaras de video, bocinas y música de ambientación reservada a recintos culturales y/o museos.

Será emplazada en una zona de intenso tránsito de la estación Juárez, “donde las personas generalmente no respetan los señalamientos de ‘No pase’”, y es muy difícil advertirla mientras nadie viole algunas de esas indicaciones; parece sólo música ambiental.

Cuando alguien transita el área en sentido contrario al permitido, la música se suspende, y en su lugar se escucha un sonido disonante y exacerbado, al tiempo que una grabación en off le advierte que no continúe su paso. Se cuenta también con un sistema visual (luces verde y roja) para las personas con problemas auditivos.

“Se busca llamar la atención de las personas de una manera diferente a la usualmente utilizada y cambiar una conducta que es muy arraigada en la cultura mexicana –la violación de normas o señalamientos–, mediante el arte sonoro”, consigna Ruth Aguirre Velasco en su propuesta.

En la instalación se transmitirán diversas piezas de la autora, como Toy guitar, seleccionada en el festival Astas Roma 404 para presentarse en Tokio, así como Inter0010me1010día0011, obra electroacústica con ensambles de fagot y violonchelo mezclada en ocho canales.

De igual manera es posible escuchar obras de pioneros de la música electrónica y concreta de los siglos XX y XXI, como Erick Satie, Morton Feldman, John Cage, Edgard Varese y Luigi Russolo, además de compositores clásicos y barrocos, entre ellos Antonio Vivaldi y Johann Sebastián Bach.

El interés de la creadora por el arte sonoro se suscitó después de haber participado como fagotista en diversas orquestas sinfónicas juveniles, entre ellas la de la delegación Magdalena Contreras, y estudiar composición, ámbito en el que se acentuó aún más su inclinación por la interacción entre el arte, la ciencia y las nuevas tecnologías.

La música fue para ella una suerte de revelación que llegó a su vida después de estudiar pintura y de forma paralela ejercer la escritura, cuyo apasionamiento no pudo explicarse sino hasta varios años después de haber incursionado en el ámbito sonoro.

“Un momento, fue instantáneo cuando supe, etéreo como los cosquilleos de mis piernas, los espejismos que no lo eran, las vibraciones llegaban hasta adentrísimo de mi piel y removían mis entrañas... Fue un día del 2009 en la ciudad de Morelia que lo supe.

Por qué lo etéreo, lo silencioso, lo que no era ni esto ni lo otro, sino simplemente era, el tiempo en las planicies de San Luis, las vistas en los valles del estado, con sus lluvias abundantes y sus colas enormes de historias y emociones, acompasadas en la orquesta, el fagot, las notas, las meditaciones, era tomar, tomas las notas, el sonido. Fue cuando supe un día de 2009 por qué la música.