Sociedad y Justicia
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Adultera productos tradicionales para hacer grandes negocios

Agromafia italiana pone su sello en alimentos supuestamente de origen
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Aceitunas cosechadas en Túnez, antes de ser llevadas a las prensas para extraer el aceite, que luego será mezclado y hecho pasar como extravirgen italianoFoto Dpa
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de enero de 2012, p. 45

Roma, 18 de enero. En la exquisita bresaola de Lombardía se esconde carne de vaca uruguaya; la popular mozzarella oculta hormonas del crecimiento, y el aceite de oliva con denominación de origen italiano está adulterado. Así es como la agromafia, que engloba el crimen organizado en el sector de la alimentación, amasa sus miles de millones.

La lista de productos es mucho más larga, como demuestran los estudios de consumo y las redadas de las autoridades en la patria de la pasta: los típicos espaguetis italianos vienen de cualquier lugar donde sea más barato producirlos, menos de Italia; las galletas contienen lubricante, y los escándalos con el vino llenan una y otra vez las portadas de los medios.

Así, el diario Corriere della Sera hablaba de un “atentado a los alimentos ‘made in Italy’” en su balance sobre la agromafia. Engaño con denominación de origen: un tercio de los productos ofrecidos como italianos son elaborados con componentes importados de otros países, sobre todo mediterráneos. Más material con abundantes datos al respecto puede verse en un estudio correalizado con la federación de empresarios agrícolas Coldiretti (http://dpaq.de/SMRWI).

Pero recientemente las noticias ya no se centraban en la adulterada mozzarella azul de Frosinone, al sur de Roma, sino en el apreciado aceite de oliva extravirgen y sus supuestas cualidades excepcionales. Esta vez fue el diario romano La Repubblica el que analizó cómo el aceite “low cost” de Túnez, Grecia, España o Marruecos se mezcla con el local y llega al mercado con un etiquetado engañoso.

“En los bolsillos de 10 empresas, que han creado un cártel del negocio, aterrizan anualmente 5 mil millones de euros (unos 6 mil 400 millones de dólares), mientras en nuestras mesas lo que aterrizan son mentiras”, resumía el rotativo. Las aduanas, autoridades agrarias y la policía financiera siguen investigando para cerrar el grifo a este lucrativo negocio.

Según el informe de Coldiretti, la agromafia se embolsaría anualmente al menos 12 mil 500 millones de euros. Pero esto no es más que una mínima parte del botín de 220 mil millones de euros que cosecha la mafia en su totalidad, según las estimaciones anuales del instituto económico Eurípides.

Organizaciones como la Camorra, la ’Ndrangheta y la Cosa Nostra se han cimentado como un gran “holding financiero” en el país transalpino. Y un sector en auge donde la mafia puede actuar con inversiones ilegales, pero también normales, es el de la popular gastronomía italiana, donde su poder es cada vez mayor.

Claro está que, en tiempos de crisis, a los consumidores conscientes de los precios no les pasa inadvertido que algunos pretendan ofrecer aceite de oliva de calidad superior por un par de euros. Como sucede con el vino, aquí también el precio suele ser un indicio sobre la calidad. E Italia y sus variedades de la dieta mediterránea podrían perder su buena fama por los chanchullos de la mafia.

Por eso, es un sector que las autoridades vigilan atentamente. Se trata de nuestro patrimonio común, y todos deberíamos estar interesados en defenderlo, señala Carmelo Maiorca, del movimiento ecogastronómico siciliano Slowfood. Entonces, ¿mejor comprar directamente al productor?