Embajadores de América Latina y el Caribe pidieron a la Cámara de Diputados mediar con los gobiernos de Estados Unidos y México para que la política migratoria de ambos países no privilegie los intereses políticos, sino los derechos humanos de los indocumentados.

En la reunión, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Porfirio Muñoz Ledo, explicó que uno de cada cuatro niños que nacen en Estados Unidos son de origen hispano, y se espera que para la mitad del siglo sean uno de cada tres. Eso explica, pero no justifica, la xenofobia, los muros innecesarios y la persecución. Sin embargo, México no tendrá autoridad política para reclamar mientras practique el doble lenguaje, porque nuestra mejor carta frente a Washington es tratar a los vecinos del sur como queremos que nos traten en Estados Unidos, expuso.

El encuentro precedió al brindis anual con la representación diplomática, a la que asistieron la canciller Patricia Espinosa y, entre otros, el embajador de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne.

También, el ministro consejero de la embajada de Guatemala, Jorge Alberto Figueroa, pidió a los diputados terciar con el gobierno de Felipe Calderón para que se agilice la aprobación del reglamento de migración.

Los países de Centroamérica somos los de mayor expulsión de migrantes. Y hoy, después de meses de que la Procuraduría General de la República nos dijo que todos los encontrados en fosas clandestinas eran mexicanos, se nos dijo que habían identificado a diez ciudadanos guatemaltecos, cuestionó.

El embajador de Cuba, Manuel Aguilera de la Paz, afirmó que cuando se manipula el tema migratorio con fines que no tienen ningún objetivo bueno surgen prácticas como la aplicada por Estados Unidos para permitir, desde 1966 y con variaciones en 1994, el ingreso de cubanos sin documentos a aquel país, no importa la vía que usen, que hayan robado un barco o secuestrado una aeronave, y a obtener además la residencia en un periodo breve.