Sociedad y Justicia
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Hay que desterrar corrupción y deficiencias administrativas

Será mejor cuando se consolide un sistema de salud único

México debe avanzar hacia una estructura de protección social en la que se vea a la salud como un derecho fundamental, separado de otras prestaciones, como pensiones, jubilaciones y seguros de desempleo

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de febrero de 2012, p. 43

Para el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), Salomón Chertorivski Woldenberg, no hay duda: México tiene uno de los mejores sistemas de salud entre los países en vías de desarrollo, aunque también reconoce que todavía no es lo eficiente ni tiene la calidad que se requiere. Será mejor cuando se consolide un sistema único, se fortalezca la prevención de enfermedades y se eliminen la corrupción y deficiencias administrativas.

Maestro en economía por la Universidad Harvard y con cinco meses al frente del organismo rector de la salud en el país, dice que México debe avanzar hacia un sistema de protección social en el que se vea a la salud como un derecho fundamental, separado de otras prestaciones, como pensiones, jubilaciones y seguros de desempleo.

La salud se cuece aparte; ya no se debe contaminar, como hicimos a lo largo de muchos años con otras instituciones, con seguros que se contraponen y hacen más compleja la instrumentación de la política pública.

En entrevista, comenta sobre los temas prioritarios para los siguientes meses, y asegura que el próximo cambio de gobierno no representa ningún riesgo para el Seguro Popular. Cualquier persona o partido se dará cuenta con la evidencia y los hechos que el sistema funciona.

También argumenta en favor de que no sea necesariamente un médico el que dirija los destinos de la salud en el país, pues además de la clínica, se requiere una visión amplia de política pública y gerencial. A continuación la conversación con el secretario de Salud:

–¿Con qué se encontró a su llegada al sector salud?

–Que si hay una política de Estado que ha tenido continuidad es la de salud, construida durante décadas, con coberturas de vacunación superiores a 95 por ciento, aunque en vacunas nuevas, como neumococo y rotavirus, el indicador está en 60 a 70 por ciento.

–¿Por qué?

–Llevan tres años en el esquema y están en un proceso normal de arraigo. Estoy verificando si las dosis están disponibles para aplicarse a partir de los dos meses de edad. Otro aspecto es la red de frío, indispensable para garantizar la preservación de las vacunas, y la cual se financió con dinero del Seguro Popular. En algunos estados está bien y en otros necesita que reforcemos para que las concluyan.

–¿En qué consiste el proyecto para abatir la mortalidad materna?

–En mejorar la formación, capacitación y equipamiento para consultas prenatales, garantizar que exista el equipo para la atención y seguimiento de cada mujer embarazada, y en caso de incumplimiento establecer medidas punitivas. Si sale bien, la mortalidad bajará 10 por ciento en este año. También se reforzará la estrategia de salud sexual y reproductiva. Es de los espacios donde no se puede bajar la guardia.

–¿Se bajó la guardia?

–El año pasado hubo una pequeña campaña. Pero la anterior, es de 17 años atrás; fue la última campaña importante de planificación familiar. Este año tendremos una.

–¿Y la demanda insatisfecha de anticonceptivos, principalmente en jóvenes con vida sexual activa que no están casados ni viven en pareja y requieren prevenir embarazos no deseados?

–Ya pedí un diagnóstico de cómo estamos en distribución y uso de métodos anticonceptivos. En dos meses tendré respuestas precisas. Oportunidades tiene trabajo importante en salud sexual y reproductiva con los jóvenes, aunque el tema es reforzar el primer nivel de atención y virar de lo curativo a lo preventivo. Incluye estilos de vida saludable, cambio cultural en alimentación, no consumo de tabaco y consulta segura; llevar a la gente al médico de manera rutinaria desde la adolescencia.

–¿Qué falta al sector salud?

–Detectar riesgos de salud y actuar en consecuencia. Hay proyectos, como el piloto, que se realiza en Morelos, Sonora, Jalisco y Sinaloa para capacitar a promotoras de la salud en la detección temprana de cáncer de mama. No son muy vistos, pero son para arraigar la cultura preventiva.

–Eso está bien para el futuro, pero hoy los afiliados al Seguro Popular no tienen la respuesta para atender todas sus enfermedades.

–Falta homogeneizar la calidad. Tu afirmación no es correcta. La mayoría de los inscritos al Seguro Popular han encontrado la atención, de manera creciente y muy importante, a sus necesidades de salud.

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Ya no se debe contaminar a la salud con seguros que se contraponen y hacen más compleja la instrumentación de la política públicaFoto Cristina Rodríguez

“Tenemos uno de los mejores sistemas de salud del mundo en vías de desarrollo, lo cual no significa que ya todo es perfecto y fluye bien. Ese estadio no lo tiene ni Canadá ni Inglaterra ni los sistemas más avanzados.

El ejercicio del derecho a la salud se cumple, pero no de la forma más eficiente; será mejor con una revolución gerencial a fin de que los estados y unidades médicas diseñen sus presupuestos con base en el número de personas que atienden, incluso de padecimientos catastróficos.

–¿México va hacia un sistema único de salud?

–Sí, y no se podría hablar de ello sin un mecanismo innovador de financiamiento para la salud de los mexicanos, como el del Seguro Popular. La propuesta es que exista un pagador único y varios proveedores de servicios.

–¿Cuáles serían los obstáculos?

–Tenemos que seguir en los ejercicios de integración funcional; si hay quirófano en una institución y en otra falta, que de manera natural los pacientes fluyan entre una y otra. De esa manera se terminarían los tiempos de espera.

Se necesita la colaboración del personal de salud y ya se demostró que es posible. En caso de emergencia la mujer embarazada puede acudir a cualquier hospital, independientemente de su derechohabiencia. Esto debe aplicarse para todas las necesidades de atención médica, y para ello se requiere un sistema de referencia y contrarreferencia eficaz, así como mecanismos de pago por evento a médicos especialistas.

–¿Qué plazos se han dado para tal integración?

–Legalmente puede ser en la primera mitad del siguiente sexenio, en los ámbitos jurídico, institucional, regulatorio y administrativo. Y el país tardará de 10 a 15 años en acoplar el sistema en su totalidad.

–¿Cuál es el problema en el abasto de medicamentos del Seguro Popular?

–Algunas entidades lo hacen bien y otras no, por razones diversas. A veces por corrupción, pero también son problemas de logística, distribución, mecanismos de licitación y de operación del mercado farmacéutico. En breve se anunciará un programa piloto de receta complementaria en Nuevo León, Guanajuato, Querétaro y Campeche. En caso de desabasto, los pacientes podrán surtir su receta en el sector privado.

Además, falta que los médicos prescriban los medicamentos del catálogo del Seguro Popular. Pasa que recetan el innovador y no el genérico, que es el incluido en el cuadro básico.

–¿Ve algún riesgo de cambios con el próximo gobierno?

–Ninguno. El Seguro Popular es un sistema con 52 millones de mexicanos, el cual ha sido evaluado ampliamente. Hay evidencia de lo que funciona y de lo que falta mejorar. Cualquier persona o partido que llegue a gobernar se dará cuenta con la evidencia y los hechos que el sistema funciona.

–¿Dónde habría divergencia?

–Sigue la discusión sobre si debe ser seguridad social o protección social. Debe ser esta última, porque abarca más. Debemos separar los mecanismos de aseguramiento, atender a la salud como un derecho humano fundamental y separarla de temas de jubilación, pensión, seguros de desempleo. Ya no se debe contaminar a la salud como hicimos a lo largo de muchos años en otras instituciones con seguros que se contraponen y hacen más compleja la instrumentación de la política pública. La salud se cuece aparte.

–¿Ha sido difícil estar al frente de la Ssa porque su formación no es de médico?

–Ha habido una gran acogida. Me rodeo de los mejores médicos de las diferentes especialidades; esto es lo moderno. En salud no hay sólo aspectos médicos. Hay diversos servicios, planeación financiera y actuarial, administración y gerencia, sistemas de calidad, seguridad global y seguridad en salud.

Se requiere de buena administración con especialistas. Por supuesto, puede ser un médico, y hemos tenidos grandes médicos administradores, pero es mejor si existe la preparación administrativa. En el grupo de los siete países más ricos del mundo, más México, ningún ministro de salud es médico, y en los países de la OCDE dos terceras partes tampoco lo son médicos. Ya me juzgarán en nueve meses, cuando concluya la administración.