El fagot es el mejor instrumento de la orquesta, debido a la gama de su sonido y expresión, la más amplia dentro de la familia de los alientos, dice Wendy Holdaway, quien actuará como solista en el estreno mundial del concierto para fagot y orquesta Draco, de Jorge Ritter, que este fin de semana efectuará la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM).

Hay pocos instrumentos en la orquesta con la gama del fagot, que puedan ser la voz del alma tan desolada o trágica, como en una sinfonía de Chaikovsky, o el bufón de la orquesta, como siempre se le ha definido, sostiene.

Esa es la razón por la que la intérprete de origen estadunidense ha concentrado gran parte de sus esfuerzos, desde su llegada a México, en 1982, a promover la voz y la presencia de ese instrumento en la música mexicana, pues no quiero que lo sigan viendo aquí como algo raro e inusual.

El resultado de esa búsqueda son dos docenas de obras para fagot sólo las que compositores mexicanos han escrito dedicadas a la también docente y atrilista principal en la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN).

A ellas deben sumarse las piezas que ha comisionado o propiciado desde los dos ensambles de los que es integrante, el Trío Neos y el Quinteto de Alientos de la Ciudad de México, que en conjunto superan el centenar de partituras.

Partitura ecléctica

De unos años a la fecha, la encomienda de Wendy Holdaway se ha extendido asimismo al ámbito sinfónico, luego de percatarse de la inexistencia de repertorio nacional para fagot y orquesta.

En su haber tiene cuatro obras de esa naturaleza, escritas por autores nacionales, como el concierto de Jorge Ritter que estrenará con la OFCM, como parte del programa que incluye la Obertura Helios, de Carl Nielsen, y la Sinfonía No. 2, de Robert Schumann, el cual será dirigido por Juan Carlos Lomónaco, en condición de huésped.

El primero de esos conciertos fue tocado por primera vez por la intérprete hace un par de años, al lado de la OSN. Para noviembre, hará lo propio con el de Javier Álvarez, con esa misma agrupación, y está en espera de que definan la fecha y la orquesta para el de Arturo Márquez.

Wendy Holdaway comenta su interés de que Mario Lavista sea el autor del quinto concierto. Su idea es grabar en un disco esa serie de piezas, en cuanto logre conjuntar las cinco, como ha hecho antes con la obra de cámara y para su instrumento solo, de forma respectiva.

El concierto Draco es resultado de una colaboración de varios años entre la ejecutante y Ritter, de la cual se han desprendido un par de obras para fagot solo y otras tantas para quintento de alientos.

De acuerdo con el compositor, dicho concierto representa el punto culminante de esa relación artística, si bien aclara que eso no significa que sea el final, pues aún tiene varios proyectos en mente.

Dividida en tres partes y con un duración aproximada de 20 minutos, esta obra está pensada para una orquestación muy ligera, debido al registro y el volumen del fagot, que es muy bajo y cuesta trabajo percibirlo, explica el autor.

Se utiliza una orquesta reducida, integrada sólo por un quinteto de alientos, dos percusiones y la sección cuerdas completa.

Respecto del lenguaje empleado, Jorge Ritter se asume como un creador más dentro de lineamientos tradicionales: En ocasiones los autores están muy preocupados hacia dónde va la música en general, en el sentido de qué es popular o que está de moda; en mi caso no es así, yo puedo decir cómo voy, cuál es mi proceso interno.

Sin embargo, define que Draco es una partitura ecléctica, una especie de fusión en la que aparecen pasajes atonales, otro modales que funcionan con escalas exóticas, y elementos rítmicos que recuerdan al jazz.

Su ideal en la música, resume, es que ésta sea capaz de poder impactar los tres principales ámbitos de toda persona: la emoción, el cuerpo y el intelecto.

Los conciertos de la OFCM son hoy sábado a las 18 horas y mañana domingo a las 12:30 en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela).