Con tres funciones en el Centro Cultural Los talleres, el Ballet Independiente dio inicio ayer al homenaje a su fundador Raúl Flores Canelo (1929-1992), de quien se cumplen 20 años de su fallecimiento.

La obra del bailarín, escenógrafo, coreógrafo y diseñador, reconocida internacionalmente, refleja el México popular, rural y urbano.

Con la presentación en diversos foros del país de Soliloquio, Tres fantasías sexuales y un prólogo, y El hombre y la danza, de Flores Canelo, la compañía –con Magnolia Flores en la dirección general y Édgar Robles en la conducción artística– rinde homenaje a uno de los artistas mexicanos más relevantes del siglo XX.

Asimismo, la agrupación interpretará algunas obras de los principales discípulos de Flores Canelo, donde las propuestas estéticas del creador son retomadas, como es el caso de La carta, creada por Silvia Unzueta para el grupo Púrpura.

Raúl Flores Canelo fue uno de los últimos coreógrafos de la generación de Guillermina Bravo y Josefina Lavalle, quien hizo su propia versión del nacionalismo porque logró plasmar en sus obras escenas cotidianas que a él lo motivaron y lo cambiaron como persona y creador, expresó a La Jornada, Édgar Robles, director artístico del Ballet Independiente.

Pilar e innovador de la danza

Raúl Flores Canelo nació en Monclova, Coahuila, y cuando llegó a la ciudad de México sintió fascinación por sus habitantes. Sus personajes, como las damas de la sociedad, las prostitutas, los pachucos están representados en su obra.

En 1966 fundó, junto con Raúl Aguilar, Graciela Henríquez, Anadel Lynton, Elsie Contreras, Rosa Pallares, Valentina Castro, Gladiola Orozco y Freddy Romero, el Ballet Independiente, que desde esa fecha hasta el presente es una de las compañías determinantes en el desarrollo de la danza mexicana.

Además, es la única agrupación que sobrevive entre las consideradas grandes de la danza contemporánea; las otras fueron el Ballet Nacional y el Ballet Teatro del Espacio.

Los personajes populares que Flores Canelo llevó al escenario lo colocaron como el precursor de la mexicanidad y del nacionalismo crítico en la danza contemporánea, convirtiéndose así en uno de sus pilares e innovadores.

De acuerdo con Édgar Robles, la coreografía titulada Tres fantasías sexuales y un prólogo se refiere a la ilusión de tres albañiles que muestran interés por una trabajadora doméstica, y uno de ellos tiene una vivencia con la mujer, fuera de la realidad.

“La pieza –agregó Robles– es un dueto romántico con un personaje completamente antirromántico, como puede ser un albañil. Flores Canelo plantea una realidad diferente, pues siempre le interesó que las cosas sucedieran al revés.”

El fundador del Ballet Independiente se preocupaba por mostrar la realidad y por ello exploró temas como la religión y el amor con la finalidad de expresar sus ideas respecto de lo que acontecía en la sociedad.

Funciones en centros de reclusión

A lo largo de 40 años de trayectoria dancística, Flores Canelo fue reconocido con los máximos galardones que otorgan las instituciones dedicadas a fomentar ese arte.

Con motivo del vigésimo aniversario luctuoso del coreógrafo, la compañía actuará en importantes foros de la capital y ciudades de los estados; también continuará con sus presentaciones en algunos centros de reclusión adscritos a la Subsecretaría de Sistema Penitenciario del Gobierno del Distrito Federal.

En este tributo que rendirá a su fundador, el Ballet Independiente abrirá un espacio a las propuestas de otros coreógrafos, como Óscar Ruvalcaba, quien presentará una nueva versión de su obra Carlota: la del jardín de Bélgica, mientras el artista noruego Fredrik Lorentzen hará lo propio con la pieza titulada Dualismo, y Édgar Robles estrenará la coreografía La sangre dormida.

El homenaje del Ballet Independiente a Raúl Flores Canelo, inscrito dentro de la temporada Soliloquios que desarrolla la compañía continúa este sábado y mañana domingo en las instalaciones del Centro Cultural Los Talleres (calle Francisco Sosa 33, Coyoacán).