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Casi 2 mil atrilistas comparten el milagro venezolano adoptado en más de 25 países

Músicos noveles cautivan en Caracas a los integrantes de la Filarmónica de Los Ángeles

Niños y jóvenes expresan su pasión por ese arte

Esto es lo más bello y por eso es importante mostrarlo al mundo, dice Gustavo Dudamel, titular artístico de la orquesta estadunidense

 
Periódico La Jornada
Martes 21 de febrero de 2012, p. 5

Caracas, 20 de febrero. Jesús Parra, a sus 17 años, dirige con pericia una sinfónica en un teatro caraqueño. Admirada, la presidenta de la Filarmónica de Los Ángeles observa al novel músico, integrante del milagro de las Orquestas Juveniles de Venezuela, un producto de exportación que arrasa en el mundo.

La música me rescató, no sé qué estaría haciendo ahora si no fuera por esto, pero estoy seguro de que no sería nada sano, dice el joven luego de participar en un ensamble de mil 800 niños y adolescentes ante la titular de la orquesta estadunidense, Deborah Borda, y varios de sus músicos de gira en Caracas bajo la batuta del prodigioso director venezolano Gustavo Dudamel.

Parra y estos cientos de jóvenes músicos son apenas una muestra de los 350 mil menores provenientes de barrios populares del país que son acogidos por el sistema de orquestas, una red de educación musical, para alejarlos de la violencia o las drogas, en las zonas en las que viven.

Este prestigioso programa, replicado en más de 25 países y con una decena de premios por su obra, fue creado en 1975 por el compositor venezolano José Antonio Abreu, quien junto a Dudamel funge de anfitrión en esta presentación.

Por el camino correcto

Jesús Parra, quien desde los 10 años es parte del sistema, ocupa de alguna manera el mismo lugar que tuvo años atrás Dudamel, formado en este programa y que con tan sólo 30 años, es ya director musical de la Filarmónica de Los Ángeles, con la que acaba de obtener un premio Grammy.

Es tan esperanzador ver a nuestra juventud y niñez tan hermosamente encaminada a través del arte musical. Esto es lo más bello, estamos en el camino correcto y por eso es importante mostrarlo al mundo, comenta Dudamel –esta vez como espectador– durante la presentación, que distribuyó a los mil 800 jóvenes músicos en cinco ensambles por los pasillos del Teatro Teresa Carreño.

Estos niños y adolescentes, representantes de decenas de orquestas juveniles de Caracas, conmueven con su disciplina y el sonido de sus violines, chelos, flautas y clarinetes a los experimentados músicos de la Filarmónica de Los Ángeles, que no pueden sino sonreír y aplaudir ante un espectáculo montado para mostrar la gran obra del maestro Abreu, cuyo estandarte es Dudamel.

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Músicos adolescentes del sistema venezolano de orquestas, creado por José Antonio Abreu, durante la presentación que realizaron el pasado jueves en el Teatro Teresa Carreño, en CaracasFoto Ap

El aprendizaje para mí (después de presenciar la actuación) es sentir la pasión de estos jóvenes artistas, comenta el violinista chino Bing Wang, de 44 años, y uno de los profesores asociados de la orquesta estadunidense. Como Wang, Roger Triago, un chelista de 12 años, también comparte esa pasión. Para mí la música es divertida, me gusta, no me da pereza ni aburrimiento, dice este niño, quien se inició en el programa hace dos años y que junto a decenas de sus compañeros interpretó la Marcha eslava, de Chaikovsky.

Los ojos despiertos de Triago expresan de pronto una leve consternación cuando relata que un par de veces le han tratado de robar su chelo, pero que a pesar de ello nada lo desanima a seguir yendo a los ensayos en su barrio de La Mamporada, zona popular a las afueras de Caracas.

Zaima Rada, de 18 años, es otra de las integrantes de esta orquesta. Pese a su juventud tiene claro que lo que más ama en la vida es la música, aunque también estudia ingeniería civil para complacer a sus padres.

Le voy a dar el título a mis padres, pero lo que de verdad amo y quiero es la música, dice la joven contrabajista, visiblemente emocionada y orgullosa de tocar ante los ojos expertos de los músicos de la Filarmónica de Los Ángeles.

Debido a la prestigiosa obra desarrollada por el sistema, Deborah Borda inició en 2005 la réplica de este programa en los suburbios de Los Ángeles, donde casi 400 niños –la mayoría latinos– ya formaban parte en 2011.

Estamos abrumados. Maestro Abreu, con su visión usted ha creado un milagro y estamos tan honrados (...) El trabajo que ha hecho Venezuela es muy importante para el resto del mundo y nosotros haremos lo posible para continuarlo, dice emocionada Borda.

La presidenta de la filarmónica que dirige Dudamel ha seguido los pasos de Abreu para formar la Orquesta Juvenil de Los Ángeles, adonde gran número de padres, la mayoría obreros, llevan a sus hijos con la esperanza de que se les abra una alternativa al nivel de vida humilde al que están acostumbrados.