Domingo 4 de marzo de 2012, p. a16
Que cada quien aprenda a contar su historia como si no doliera, con precisión, es lo que plantea el chileno Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975) en su novela más reciente, Formas de volver a casa.
Se trata de su tercer trabajo dentro de ese género. Le precedieron Bonsái y La vida privada de los árboles; ambos libros han gozado de gran aceptación entre la crítica y los lectores, y cuentan con traducciones en varios idiomas.
Este nuevo relato es el más personal, íntimo del también poeta y ensayista, construido como si fuese la transcripción de un diario de infancia en el que se entreveran asimismo pasajes de adolescencia y del presente, no sin dejos de nostalgia y honestidad, dando la cara siempre.
En él se aborda la historia del Chile de mediados de la década de los 80 del siglo pasado, a través del cedazo de la mirada de un niño de nueve años, la historia del hijo de una familia sin muertos
, como reconoce en el transcurso del relato el propio autor, quien se asume como parte de esa generación de aquellos que aprendían a leer o dibujar mientras sus padres se convertían en cómplices o víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet
.
Por su extensión, se trata de una novela corta, estilo del que ha demostrado ser partidario el escritor chileno. Pero, por su contenido, el lector se enfrenta a una interesante obra, de gran profundidad, una reflexión sobre el pasado y la actualidad de aquel país andino.
De igual manera, quedan de manifiesto las dudas e inquietudes propias a las que se enfrenta una persona durante su crecimiento, como también los avatares y dilemas que debe sortear un escritor en el difícil proceso de concretar un texto, todo ello bajo el permanente fantasma de una figura femenina.
Título: Formas de volver a casa
Autor: Alejandro Zambra
Editorial: Anagrama
Páginas: 164
Precio de lista: 190 pesos