Rechaza ofensiva mediática de Ban Ki-moon y otros líderes del organismo contra Damasco
Domingo 4 de marzo de 2012, p. 27
Damasco, 3 de marzo. Siria denunció en sendas cartas enviadas al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que algunos países vecinos han armado, entrenado y financiado a grupos armados que desataron la violencia en el país desde hace un año.
En las misivas, cuyo contenido fue divulgado hoy en esta capital, la cancillería siria califica de ilegal el respaldo, porque contradice la Carta de la ONU y transgrede las relaciones entre los países árabes
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La nota recuerda que el informe de la misión observadora de la Liga Árabe reconoció que bandas armadas han realizado actos terroristas y, tras esa afirmación, el ente regional presidido por Qatar lo rechazó y canceló la labor de sus inspectores, acorde con trascendidos de fuentes oficiales.
El hecho de que hasta ahora la liga no ha entregado una copia de ese documento a la ONU muestra la falta de credibilidad de esa organización
, subrayan las misivas.
Damasco no se sorprendió por las declaraciones de los ministros del Exterior de Qatar y de Arabia Saudita, quienes llamaron a pertrechar a las bandas armadas terroristas durante una reunión en Túnez entre quienes el pueblo sirio llamó enemigos de Siria
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El denominado Consejo Nacional Sirio (CNS), una agrupación constituida en Estambul el año pasado como fuerza opositora al gobierno del partido nacionalista Baaz, anunció haber recibido 100 millones de dólares para suministrar pertrechos a los grupos armados dentro de Siria, señalo el gobieno del partido nacionalista Baaz que preside Bashar Assad.
Denunció que permitirle al CNS establecer una oficina militar en Turquía para dirigir las operaciones contra Siria, deja en evidencia la naturaleza terrorista de la oposición
y advierte que su deber es tomar todas las medidas que considere necesarias para librar al país de la violencia terrorista.
Las misivas llegaron a la sede de la ONU en Nueva York, donde la dirigencia del organismo arreció esta semana su ofensiva político-diplomática contra Siria, a través de sucesivas reuniones, debates y pronunciamientos enfocados todos sobre la crisis en ese país.
El tema fue debatido en los últimos 15 días por la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo de Derechos Humanos y otros foros auspiciados por la organización mundial, sin importar el asunto de la agenda oficial.
Además, fue el denominador común en cada intervención pública y privada del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien ayer lanzó una nueva acusación contra las autoridades sirias por la brutal supresión de sus ciudadanos
, tan sólo apoyado en lo que denominó informes espeluznantes y sin precisar fuentes.
La ofensiva de Ban Ki-moon contra Damasco es secundada por la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quien también esgrimió en la ciudad de Ginebra reportes creíbles
sobre supuestas ejecuciones sumarias
perpetradas por las fuerzas gubernamentales.
Sobre esa arremetida de los líderes de la ONU, el embajador sirio ante el organismo, Bashar Jaafari, denunció la celebración intempestivas reuniones sobre su país, bajo diferentes títulos. Criticó la forma en que Ban se refiere a Siria, con lenguaje que se acerca a los límites de la difamación del gobierno de un Estado fundador de la ONU
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