Río de Janeiro, 12 de marzo. La renuncia de Ricardo Teixeira a la presidencia de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) y del comité organizador del Mundial de Brasil 2014 convierte a la mandataria del país sudamericano, Dilma Rousseff, en la principal interlocutora con la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) rumbo a la cita.

El dirigente del balompié local renunció este lunes a las dos entidades, con lo que puso fin una carrera de más de 20 años en el organismo, en medio de acusaciones de corrupción.

Las relaciones entre Brasil y la FIFA se deterioraron en semanas recientes por los cuestionamientos a la lentitud del país sudamericano en los preparativos para la Copa del Mundo.

Su renuncia significa que José María Marín, de 79 años, y los ex futbolistas Ronaldo y Bebeto son los máximos responsables de organizar la justa.

Pero la persona con quien Joseph Blatter, titular de la FIFA, quiere hablar ahora es Rousseff; como anunció la semana pasada, pidió una reunión con la mandataria para debatir temas vinculados con el Mundial.

Durante el encuentro, Blatter buscará superar el malestar causado por declaraciones del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien hace 10 días afirmó que los organizadores brasileños necesitarían una patada en el culo para acelerar las cosas, en una frase que generó indignación en el país sudamericano.

Desde antes, Rousseff estaba molesta de que Teixeira no invitara a Pelé para ayudar a organizar la Copa del Mundo. En un desaire público, Rousseff nominó a Pelé, quien ha sido crítico de Teixeira, como embajador de Brasil en el Mundial.

El ex mandamás de la CBF ha sido acusado en diferentes ocasiones, como la versión del reportero británico Andrew Jennings, de la BBC, quien publicó que Teixeira habría recibido 50 millones de dólares de ISL, mientras otros 10 millones de dólares habrían sido pagados a su ex suegro, Joao Havelange, ex dirigente de FIFA.

Podemos festejar. Hemos exterminado un cáncer del futbol brasileño. Ricardo Teixeira renunció a la presidencia de la CBF, escribió Romario, campeón mundial en Estados Unidos 1994 y actual diputado federal.