Montevideo, 19 de marzo. La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, advirtió que el ritmo de crecimiento de América Latina se desacelera y llamó a trabajar para reducir la desigualdad en la región. Al intervenir en la 53 asamblea anual de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Bárcena advirtió: vemos una desaceleración, los motores del crecimiento de la región se están desacelerando, pero no se han apagado.

La secretaria ejecutiva de la Cepal puntualizó que, sin embargo, el crecimiento económico sigue ahí y nuestra región cerró 2011 con un crecimiento de 4.3 por ciento. Reconoció que “nos encontramos cada vez más en un contexto internacional incierto y frágil. La crisis generó graves déficit fiscales en los países desarrollados y esto ha forzado a las autoridades a enfrentar dolorosos procesos de ajuste.

En América Latina cumplimos 30 años de la crisis de la deuda externa de 1982, y en 30 años esta región ha aprendido mucho, y lo que ha aprendido hoy se refleja en las políticas que aplica nuestra región, puntualizó Bárcena.

Indicó que la mayor resiliencia es cuando se avanza simultáneamente en crecimiento económico, potenciando locomotoras de crecimiento, pero con políticas redistributivas. Hoy el paradigma debe ser igualar para crecer.

Apuntó que hay un optimismo muy cauteloso en la región. Hemos visto que en 2010 tuvo un gran dinamismo (5.9 por ciento) porque puso en práctica medidas anticíclicas, de carácter monetario, comercial, fiscal y laboral que dieron en el clavo.

Recordó que América Latina “tuvo la mayor lección de la crisis de la deuda externa en la parte social, ya que en la ‘década perdida’ (en los 80) tuvimos un aumento de la pobreza impresionante; terminamos esa década con más de 50 por ciento de latinoamericanos pobres”.

Esa tasa, consignó la funcionaria de Naciones Unidas, se redujo el año pasado a 30.1 por ciento porque hubo éxito en la aplicación de políticas al combate de la pobreza extrema.

Bárcena recalcó que, sin embargo, el problema más evidente de la región es la desigualdad, lo cual preocupa a los encargados de la macroeconomía.