Conformado por 15 voces femeninas, el ensamble mexicano Kárites, bajo la dirección artística de Gabriela Franco, presentó este sábado su primer disco, que reúne música folclórica del mundo y obras mexicanas que van desde la época renacentista hasta la contemporánea, en el museo Casa Azul Frida Kahlo, de la ciudad de México.

El coro femenino surgió en el año 2005, con la visión de enriquecer el repertorio de cámara vocal y difundir el acervo de la música coral con una fusión interdisciplinaria entre poesía, historia, teatro y polifonía. El repertorio incluye música sacra y latinoamericana.

En la Casa Azul, rodeada de amigos y familiares, Gabriela Franco manifestó su alegría por celebrar los siete años de la agrupación, que comenzó con seis mujeres y posteriormente recibió a otras cantantes. Explicó que por cuestiones de recursos económicos el disco no había salido a la venta, pese a que se grabó en 2009.

Franco reconoció que ha sido difícil consolidarse como agrupación artística debido a la escasa oferta que existe de la música coral, aunque se trate de un repertorio folclórico latinoamericano. “El formato –prosiguió– no deja de ser algo clásico y ha sido complejo encontrar nuestro público, pero hace tres años decidimos llegar a la gente con presentaciones no sólo en salas de concierto, sino en hospitales, asilos y comunidades marginadas”.

El disco Kárites incluye 19 piezas en varios idiomas, como vasco, japonés, sueco, finlandés y castellano; entre algunos de los títulos figuran: Panis Angelicus, Apamuy, Como llora una estrella, Siyahamba, Ipharadisi, Akai hana, shiroi hana, Severianita, Gugu huini y Txeru.

Durante la presentación del disco, la escritora Margarita Castillo subrayó el trabajo que realiza el ensamble femenino al compartir su pasión por la música: No tendría el menor sentido para estas maravillosas mujeres que se presentan hoy que juntarse y soñar; convencerse y soñar; planificar y soñar; esforzarse y soñar; producir un disco y soñarlo, si no tuvieran claro en su vida el deseo de compartir con el público sus voces.

En la velada musical se intercambió la música con la palabra, y en su intervención la soprano Lourdes Ambriz, quien presentó la nueva producción discográfica de Kárites, enfatizó que una manera de hermanar a la sociedad es creando una comunidad musical.

El canto coral es una experiencia inigualable de comunión con la música, llega y toca los corazones de quienes lo escuchamos, se crea un lazo indisoluble y los que somos parte de un coro terminamos como una familia. La música no sólo alimenta el alma de quien lo experimenta, sino también de aquellas personas que la presencian, señaló Lourdes Ambriz.

Después de escuchar las primeras piezas del conjunto vocal, Ambriz comentó que la voz y la energía de las intérpretes contagia el ambiente, se experimenta la alegría que comparten desde las primeras notas.

En su turno, la bailarina Lila Zellet y la promotora cultural Myrna Ortega se refirieron también a las emociones que produce la suma de todas las voces que integran Kárites y al esfuerzo de la agrupación por formar nuevos públicos.

El patio de la Casa Azul fue el escenario donde el ensamble vocal interpretó piezas como Severianita, una canción purépecha; Akai hana, shiroi hana, canto tradicional de Japón, en la que se obsequian las mujeres una flor roja y blanca, así como Txeru y la canción africana Ipharadisi.

El ensamble Kárites, que retoma su nombre del mito sobre las hijas de Zeus, a lo largo de su trayectoria se ha presentado en diversos foros de la ciudad de México y han trabajado con directores como Sanna Valvanne, María Felicia Pérez, Evangeline Oliver y Luis Fernando Luna, entre otros.